El primer gran golpe de Marcelino contra el Barça

En el currículum de Marcelino García Toral aparecen tres grandes éxitos logrados ante el Barça. Los dos últimos son recientes y por lo tanto, reconocibles a las primeras de cambio; la final de la Copa del Rey que ganó en 2019 como técnico del Valencia y la Supercopa de España que obtuvo el pasado mes de enero, ya como entrenador del Athletic.

Pero para descubrir los detalles de su primera gran alegría ante el equipo azulgrana hay que bucear en el tiempo y remontarse al 28 de febrero de 1987: aquella tarde, el Sporting de Gijón obtuvo una de las victorias más prestigiosas de su historia, un 0-4 en el Camp Nou ante el Barça de Terry Venables.

Marcelino García Toral fue titular en aquel partido. Tenía 21 años, jugaba como centrocampista y vivía su segunda temporada en el primer equipo del Sporting, después de haberse formado en la cantera de Mareo.

“El resultado fue abultado”, recuerda Eloy Olaya, autor de dos goles en aquel 0-4, “pero en realidad, el Barça no jugó tan mal; de hecho en la primera parte tuvieron dos ocasiones claras, desbaratadas por Ablanedo”.

El Sporting, entrenado por José Manuel Díaz-Novoa, ganó gracias a su contragolpe, con dos goles en la primera mitad y otros dos en la segunda. Sigue siendo la última victoria del Sporting en el campo del Barça.

La carrera de Marcelino como jugador se prolongó dos temporadas más en el Sporting: no tuvo la continuidad necesaria y firmó por el Racing en el verano de 1989 para jugar en Segunda división. Posteriormente jugó dos cursos en el Levante, antes de colgar las botas como jugador en el Elche, en 1994.

Subcampeón del mundo juvenil en 1985

No llegó a ser internacional absoluto, pero sí en las inferiores: de hecho, fue subcampeón del mundo juvenil en 1985. Jugó la final de aquel torneo que España (dirigida desde el banquillo por Chus Pereda) perdió ante Brasil en el estadio Luzhniki de Moscú. Unzué era el portero titular de aquella selección juvenil, en la que también estaban Nayim, Losada y Goikoetxea, que posteriormente jugaría en el Barça. 

En 1997, Marcelino inició su carrera como entrenador en el equipo de su pueblo, el Lealtad de Villaviciosa. Lo subió de Tercera a Segunda B: así comenzó su fulgurante –y ya larga- carrera como entrenador.

Pasó por el Sporting B, por el Sporting (estuvo a punto de subirlo a Primera en 2004), el Recreativo de Huelva (lo ascendió a Primera), el Zaragoza (otro ascenso a Primera), el Sevilla, el Villarreal (también lo subió a la máxima categoría) antes de recalar en el Valencia, su última escala antes de aterrizar en el Athletic Club.