Pjanic tiene que dar un paso al frente

Ronald Koeman ha sacrificado esta noche a Lenglet en defensa, previendo un Dinamo defensivo y poco valiente, para retrasar a Frenkie De Jong en tareas defensivas junto a Piqué y darle el doble pivote a Busquets... y Pjanic.

El bosnio, que cada día cuenta más con la confianza del técnico holandés, se situó preferentemente en la zona derecha de la medular, dejando la izquierda para el de Badía. Lo primero que hay que decir del ex de la Juventus es que se está adaptando al juego del Barça a pasos agigantados, al menos en cuanto a la concepción del juego, lo que le exige, sobre todo, pensar más rápido y, en consecuencia, ejecutar en décimas de segundos. Ese rol, en Italia, no lo tenía tan interiorizado porque allí era más importante el concepto defensivo que el ofensivo.

Como azulgrana, lo primero que tiene que hacer en intentar jugar al primer toque y asociarse con los hombres que tiene por delante, que son muchos: Griezmann, Messi, Pedri, Fati, incluso Dest y Alba, que actúan un poco más arriba que él cuando el Barça tiene el esférico.

Pjanic dotó al Barça de equilibrio en el centro del campo, pero al mismo tiempo permitió, junto a Busquets, transiciones rápidas de los ucranianos. No fue culpa de ellos, obviamente, pero sí por la mala colocación de los laterales, que dejaron mucho espacio en la espalda de la defensa azulgrana.

Al número ocho azulgrana, en cualquier caso, habría que pedirle algo más de valentía y profundidad, más atrevimiento para disparar desde fuera, algo que hacía mucho y bien en la Juventus.

Basta un dato para refrendar lo que decimos. Sergio Roberto entró por él en el minuto 59 y solo un rato después estuvo a punto de lograr el segundo gol del Barça al rematar de cabeza. Es decir, si Pjanic quiere, puede. No debería quedarse solo en ese fútbol aseado y metódico, porque si puede aportar algo más, debe hacerlo. Su veteranía y experiencia deberían darle un punto más de liderazgo. El equipo lo notaría… y lo agradecería.