El momento más feliz... y el más duro de Koeman en el Barça

Considera que su 'obra maestra' como técnico azulgrana fue el 4-0 ante el Athletic en la final de la Copa de Rey

Todavía hoy le duele la inexplicable derrota ante el Granada (1-2) en el Camp Nou el día que podían colocarse líderes

Koeman pide más fichajes

El técnico admitió que le gustaría algún referente goleador arriba / SPORT.es

Toni Frieros

Toni Frieros

Mañana se cumple un año exacto de la llegada de Ronald Koeman al banquillo del FC Barcelona. Para el mito de Wembley, un sueño hecho realidad. Desde que dijera adiós al Dream Team de Johan Cruyff siempre soñó con volver. Lo hizo por un corto periodo de tiempo como ayudante de Louis van Gaal, pero quería volar solo y ser dueño de sus propias decisiones. Pudo ir al Barça con Joan Laporta de presidente en 2003 y siempre estuvo en las quinielas para sustituir al Tata Martino, Luis Enrique y Valverde.

Cuando creía que el tren del Barça ya se le había escapado para siempre, la dolorosa y humillante derrota ante el Bayern Munich (8-2) en Lisboa le abrió las puertas del club de par en par. Josep Maria Bartomeu le abrazó como tabla de salvación para devolver al club y a su afición el orgullo perdido y, sobre todo, un hilo de esperanza. Tuvo que rescindir primero su contrato con la Real Federación Neerlandesa de Fútbol, previo pago de la cláusula de rescisión, y llegó al FC Barcelona con plenos poderes para diseñar una plantilla donde tenía que hacer obligados ajustes. 

Muy pocos técnicos del más alto nivel se hubieran atrevido a coger ese toro por los cuernos en un momento de tantas turbulencias. Le comunicó a Luis Suárez que tenía que salir del club, habló con Leo Messi cara a cara en su casa de Castelldefels justo después del famoso incidente del burofax, también con Gerard Piqué (estaba de vacaciones en las Maldivas), Busquets, y empezó a construir un equipo a base de tres pilares: meritocracia en los entrenamientos, rendimiento en los partidos y compromiso.

Koeman apostó desde el primer minuto por el talento de Pedri, cuya obra ha ido cincelando con paciencia. También por Ansu Fati, hasta que se lesionó. Los dos fueron titulares ante el Real Madrid en el Camp Nou y a pesar de la derrota, los mantuvo contra viento y marea. 

Los comienzos fueron muy duros, porque la clasificación así lo reflejaba. El equipo llegó a estar a 12 puntos del Atlético, 9 del Real Madrid, en el peor arranque liguero del Barça en décadas. Él siguió con su plan de ruta, creía en sus jugadores ciegamente. Había sido capaz de recuperar a Coutinho, devolverle la confianza a Dembélé y siempre a través del diálogo.

Koeman, junto a Laporta y Yuste

Koeman, junto a Laporta y Yuste / FCB

Así, sin levantar la voz pero siendo serio cuando tenía que serlo, consiguió que el mismo Leo Messi que en agosto se quería ir, en diciembre hubiera decido continuar en el club. En parte, porque se encontraba a gusto con la forma de trabajar de Koeman.

El técnico neerlandés, a pesar de conocer el FC Barcelona como la palma de su mano, flipó en colores cuando en agosto se puso en marcha la moción de censura contra el presidente. En octubre vivió el cese de Bartomeu y en diciembre fue el primero en aceptar la petición de Carles Tusquets, entonces presidente de la Junta Gestora, para diferir su sueldo: "Me pagáis cuando os vaya bien", le dijo entonces Koeman.

Poco a poco el Barça pasó de estar en tierra de nadie en la clasificación a encadenar victoria tras victoria, hasta nueve consecutivas fuera del Camp Nou. Obviando la eliminación de la Champions League a manos del PSG, el Barça de Koeman se plantó en la final de la Copa del Rey ante el Athletic y tenía en sus manos depender de sí mismo para ser campeón de Liga. Fue en ese periodo del año cuando Ronald vivió lo mejor y lo peor de su primer año en el banquillo del Camp Nou.  El triunfo por 4-0 en La Cartuja fue, para Koeman, su obra maestra como entrenador azulgrana. Un partido brillante, un juego entretenenido y una superioridad aplastante ante un rival que meses antes le había arrebatado la Supercopa de España en el último suspiro. 

De la misma forma que ese día fue el más feliz en el Barça, poco después Koeman vivió su momento 'horribilis'. Es probable que todavía hoy se esté preguntado qué le ocurrió al equipo, y a él mismo, aquel 29 de abril. Si derrotaba al Granada en el Camp Nou, el Barça se colocaba líder y dependía de sí mismo para ganar la Liga. El gol de Messi puso por delante a los azulgranas, pero los andaluces dieron la vuelta al marcador y el equipo se bloqueó. La plantilla vivió un periodo de depresión, la recién entrada junta directiva no daba crédito a lo que había vivido y la afición despertó de golpe de un sueño.

A pesar de todas las dificultades, Koeman logró cerrar su primera temporada al frente del Barça con un título, evitando que el club cerrara un segundo ejercicio en blanco. Después, Koeman tuvo que esperar más de lo que hubiera deseado a ser reafirmado por el presidente Joan Laporta. Pero esa ya es otra historia...