Messi exhibió un perfil discreto en su reaparición

La 'era Koeman' comienza con buen pie

La 'era Koeman' comienza con buen pie / FC Barcelona

Francesc J. Gimeno

Francesc J. Gimeno

Casi un mes después de la dura derrota ante el Bayern de Múnich, Leo Messi volvió a enfundarse este sábado la camiseta blaugrana ante el Nàstic, cerrando así de forma definitiva el capítulo más convulso de su larga historia en el Barça. Dieciocho días después de que se hiciera público que había comunicado al club barcelonista a través de un burofax su decisión de marcharse y ocho días después de anunciar que finalmente había decidido quedarse en una entrevista a ‘Goal’, el delantero argentino volvió a ser protagonista sobre el césped del estadio Johan Cruyff.

Koeman le incluyó en el once titular que se enfrentó al Nàstic en el primer amistoso de la pretemporada y Messi acumuló los primeros 45 minutos de competición, que sirvieron para comprobar una vez más que dará el cien por cien y competirá al máximo en su último año de contrato (por ahora) con el Barcelona.

mes de locura

Pese a las muchas tensiones acumuladas en un último mes de locura, Messi salió dispuesto a ayudar a sus compañeros, aunque a diferencia de otras ocasiones mostró un perfil discreto. La fuerte carga de trabajo físico acumulada en pretemporada no le dejó ofrecer su mejor versión, aunque se le vio metido en el partido desde que pisó el césped con una media sonrisa en su rostro.

Consciente de que todas las miradas estaban puestas en él, el crack argentino pareció eludir cualquier protagonismo e incluso cedió el lanzamiento de un penalti a Griezmann en la acción que significó el 2-0.

Durante los 45 minutos que estuvo sobre el campo, Messi se movió con bastante libertad en todo el frente del ataque, aunque Koeman le situó de salida como extremo derecho. Allí se alternó con el recién llegado Pedri, al que no dudó en dar instrucciones cuando consideró necesario. Sólo tuvo una ocasión, aunque su disparo salió muy alto.

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