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Messi se convierte en el gran aliado de Lucho

El técnico confiesa que la actitud de Leo es clave en la reacción del equipo. El argentino es el líder en el campo y arrastra al vestuario con su ambición

Xavi Canals

Los roces, incidentes o peleas, como quieran acreditar a los encontronazos entre Messi y Luis Enrique, han quedado relegados a un segundo plano. El mejor jugador del mundo y su técnico han encontrado un nexo común: el bien del equipo. El entrenador así lo ha confesado a su entorno más cercano. Leo ha dejado de ser un problema para convertirse en la gran solución a la mayoría de males que acechaban al equipo hasta el fatídico día de la derrota en San Sebastián.

El asturiano justifica el nuevo papel del mejor jugador del mundo de una forma muy simple. Luis Enrique asegura que Leo Messi es un ganador nato y que su afán por competir siempre al nivel más alto ha sido el mejor bálsamo para un equipo inmerso en una dinámica preocupante. En tono desenfadado, el entrenador blaugrana ha llegado a comentar que con el crack empecinado en ganar y ganar no le es necesario perder un solo segundo en motivar al resto de compañeros.

Se repite una vieja cantinela que Pep Guardiola ya utilizó en sus mejores años al frente del equipo. Y es que el de Santpedor explicaba divertido que viendo cómo corría y peleaba el mejor jugador del mundo, nadie podía quedarse de brazos cruzados. 

Es innegable que existe un Barça antes y después de la Real Sociedad. Un cambio brusco liderado por Leo Messi y que ha arrastrado a otros futbolistas tan emblemáticos como Gerard Piqué. ¿Coincidencia? La respuesta no tiene mayor trascendencia vistos los excelentes resultados del equipo –ocho victorias consecutivas–.

Luis Enrique y Messi no son amigos, pero mientras compartan un objetivo común, el Barça está tranquilo.