El mayor experto en acallar las críticas

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

Goles son amores. Típica y tópica frase del argot futbolístico para hacer referencia a la felicidad, a la alegría que suele acompañar a la mayoría de los goles. Por este orden, el autor, sus compañeros, la afición, la explosión de júbilo que acompaña a ese momento de perforar la red es difícilmente comparable. Además, los goles pueden servir para múltiples cosas: para cortar malas rachas, para sellar remontadas, para lograr títulos, para poder dedicárselos a algún ser querido...o para acallar las críticas.

Porque sí, sobre todo y más que nada para los delanteros el gol puede ser sinónimo de alegría, pero también de angustia, de ansiedad y de motivo para que arrecien las críticas. Cuando un ariete pasa por una mala racha, cuando tiene dificultades para ver puerta, eso suele ir acompañado de críticas, de discusiones. Esas críticas, además, suelen aumentar cuando se trata de un atacante que tiene a todos 'malacostumbrados' por su alta media goleadora. 

Toda esta monserga viene porque uno de los jugadores que podríamos englobar dentro de este último grupo sería Luis Suárez. 'Luisito' es un '9' puro, lo que se suele denominar un depredador del área. Un futbolista que vive por y para el gol. Es una necesidad mútua, ambos se buscan y se encuentran. Es por eso, por sus número espectaculares de cara a puerta (más de 42 goles de media lleva en las tres temporadas completas que ha jugado con el Barça), que se hace extraño cuando enlaza un par de partidos sin anotar. Ya no hablamos de 10, incluso ni de cinco o seis, sino de tres o cuatro, de 300', de acumulaciones de tiempo que resultarían irrisorias hablando de otros delanteros. Pero de del 'caníbal' no. 

La reedición de un clásico que nunca falla

Ya en anteriores etapas se ha llegado a discutir su estado de forma o si no andaba fino de cara a puerta. Sí es cierto que ha protagonizado alguna anecdótica mala dinámica. Como la que lo mantuvo 392 días sin marcar en Champions. Concretamente desde el histórico 6-1 ante el PSG de la temporada 2016/2017 hasta el 4-1 de la Roma de la temporada siguiente.

Como si de un clásico navideño se tratara, en este arranque de campaña 2018/2019 volvió a suceder lo mismo. Ni en el duelo ante el Sevilla de la Supercopa de España en Tánger, ni en los dos primeros partidos de Liga frente a Alavés y Valladolid fue capaz de marcar. Tres duelos completos y cero goles. Nada alarmante en otros jugadores, pero para algunos sectores de prensa y aficionados sí con 'Luisito'. No andaba para nada preocupado el uruguayo (que, por cierto acumulaba, como anécdota, cuatro choques oficiales con el Barça sin marcar si contamos el último de la temporada pasada ante la Real). Sabía que los goles, más pronto que tarde, llegarían.

Y así fue, Jornada 3, Barça-Huesca en el Camp Nou y doblete del urguayo, que tampoco celebró el primero con especial rabia. Porque está acostumbrado. A todo. Y como buen amante de las 'semanas fantásticas' y de acallar las voces críticas de forma contundente, Luis sumó en el México-Uruguay otros dos 'chicharros'. Cuatro goles en apenas una semana. Para los amantes de los números y del 'espacio-tiempo', a gol cada 39 minutos. Porque él es así. Y si responde, responde a lo grande.