Luis Suárez nunca olvidará su regreso a Liverpool

El hazmerreír de Europa: un gol de feria que no encajan ni en alevines eliminó al Barça

El Barça quedó eliminado de la Champions League al caer 4-0 en Anfield. El cuarto gol, obra de Origi, fue todo un esperpento / MEDIAPRO

Toni Frieros

Toni Frieros

Luis Suárez regresó a la que fue su casa durante cuatro temporadas y donde fabricó la rampa de lanzamiento que le llevó en volandas al FC Barcelona. Lo hizo con la esperanza de marcar su primer gol en campo contrario en Champions League... ¡desde el 16 de septiembre de 2015! Pero la maldición continúa.

Hay que reconocer que Luis Suárez se vació, se dejó hasta el último aliento sobre el césped de Anfield Road. Siempre fue el primero en iniciar la presión sobre las dos torres del Liverpool, el camerunés Matip y el holandés Van Dijk. Corrió de lado a lado sin desmayo.

Trabajo y lucha

Su mejor virtud, esperar el balón de espaldas a sus marcadores, bien para controlar el esférico o bien para provocar una falta que prácticamente nunca llegó, porque los centrales ‘red’ estaban prevenidos. Su capacidad de lucha provocó el primer saque de esquina a favor del Barça y la primera amarilla para el jugador del Liverpool, Fabinho, que le hizo un ‘tackle’ ciertamente peligroso en el centro del campo. En ese trabajo afanoso de no dejar sacar el balón a los ingleses, cometió varias faltas, impidiendo los veloces contragolpes ingleses.

Indiscutiblemente su mejor acción, que pudo haber cambiado el signo del encuentro, llegó a los cincuenta minutos. Messi se hizo con un balón en la medular y al iniciar el ataque vio a la perfección el desmarque del charrúa. El nueve azulgrana, que podía estar en línea o fuera de juego, se quedó solo ante el meta Allison, pero su disparó, cuando lo tenía todo para marcar, lo despejó mano abajo el portero brasileño.

Nulo

Con el Liverpool dominando el balón y mandando en el partido, pocas oportunidades tuvo Suárez para entrar en el partido e intentar ser determinante. Ni balones largos ni balones al pie. Muy desasistido, su empeño fue desmarcarse para fabricar líneas de pase entre los fornidos y altos vigías de Liverpool.

Ni siquiera en los últimos compases del partido, con el Barça volcado en el área inglesa pudo aportar su olfato goleador.  Una noche aciaga la suya, como la de todo el Barça. Una noche para olvidar. Son en estas noches, bajo esta presión, cuando han de aparecer los jugadores más determinantes del equipo. Y eso no ocurrió.