Los intensos 100 días de Quique Setién

Así es el día a día de Quique Setién desde casa

David Salinas

David Salinas

Aunque desde la llegada de Quique Setién al banquillo del FC Barcelona ya se han emitido cientos de juicios y abierto miles de debates, ahora que se cumplen 100 días de su aterrizaje en el Camp Nou, puede ahondarse y profundicar en su gestión transcurrido el llamado y popular “periodo de gracia”. 

Puede decirse que estos primeros 100 días del cántabro como timonel azulgrana han sido muy intensos. Setién ha comprobado en sus propias carnes la voracidad de la entidad azulgrana, pródiga en polémicas, rumorología y escándalos, además de afrontar un exigente calendario deportivo.

El técnico, de todas formas, se ha mantenido fiel a sus principios y no se ha desviado de lo que se le pidió cuando relevó a Ernesto Valverde. Su hoja de ruta es una, como su talante y manera de encarar los problemas. En este sentido el técnico ha mostrado coherencia y compromiso para alcanzar los objetivos.

Setién fue presentado el 14 de enero y su ‘debut’ siempre será recordado con una frase: “Ayer paseaba por mi pueblo [Liencres] junto a las vacas y hoy entreno a los mejores jugadores del mundo”. Desde ese día dejó muy claro que llegar al banquillo azulgrana era cumplir un sueño: “El Barça siempre me entusiasmó, he pasado horas ante la tele para ver sus partidos”.

La realidad

De todas formas, el cuento de hadas pronto se transformó en pesadilla. Así, tras su primera derrota, en Mestalla, Setién tuvo que hacer frente a las críticas. Y dio la cara. Reconoció errores y aportó respuestas: “La solución pasa por hacer las cosas bien, analizar y corregir”.

En esos momentos lidió con uno de los primeros problemas que se le plantearon: el fichaje de un ‘9’. El técnico, aunque estaba “encantado” con lo que tenía en la plantilla, nunca negó que sería interesante que pudiera venir un jugador. Entonces se hablaba del valencianista Rodrigo

Poco después tampoco escondió que “con un nueve estaría más protegido”. Y cuestionado por SPORT, en una entrevista en exclusiva, acerca de la dimensión del club barcelonista, dijo: “No aspiro a saberlo todo ni a entender al Barça, solo pienso en entrenar”.

Los ‘affaires’, por decirlo de alguna manera, se repetían uno detrás de otro. Vino el protagonizado por Gerard Piqué y sus viajes de negocios. Setién, como siempre, salió con el balón controlado: “No soy el padre de los jugadores. Piqué ya es maduro y responsable”.

Tampoco incurrió en fuera de juego cuando se le cuestionó por el fichaje sorpresa de Trincao: “No he dado mi opinión sobre el mismo porque era una operación planificada”.

El incendio entre Abidal y Messi, en el que el secretario técnico señaló a algunos jugadores de precipitar el cese de Valverde y trabajar poco, tampoco lo sorprendió. Sin meter baza directa, dijo: “Mi vida nunca ha sido fácil... A mí me empuja el viento del norte. No me caigo tan fácilmente”.

Clásico y coronavirus

Cercano y humilde, afrontó el KO del Bernabéu con profesionalidad y poco después, lejos de dar señales de debilidad, se reafirmó: “Ojalá durara toda la vida [estar en el Barça]. Disfruto cada minuto aquí”. Desde el 13 de marzo está confinado con su familia, aunque sin perder contacto con sus discípulos, staff y directiva. Sueña con ganar la Champions y pasearse con el trofeo junto a las vacas. Y renovar.

La educación, primero

El clásico del Bernabéu, el domingo 1 de marzo, además de dejar una dolorosa derrota (2-0), dejó la polémica generada por el segundo de Quique Setién, Eder Sarabia. Al técnico se le vio gritando y gesticulando en el banquillo. El entrenador azulgrana, una semana después, en rueda de prensa, pidió perdón públicamente: “Hemos hablado con Eder y el problema son las formas, no el contenido”.

Agregó que “las formas a mí no me gustan porque hay muchos niños que nos ven y la educación debe primar. Somos gente que nos exponemos públicamente y las formas siempre deben cuidarse”. Con buen talante, Setién zanjó el tema de la mejor forma posible.

La crisis del ‘Barçagate’

A finales de febrero estalló la crisis de las redes sociales, el llamado ‘Barçagate’, a raíz de una información sobre la contratación de una empresa dedicada a crear estados de opinión en las redes sociales para erosionar la imagen de terceros relacionados directa o indirectamente con el FC Barcelona.

Cuestionado en rueda de prensa por el tema, Setién se desmarcó de cualquier polémica: “Nosotros estamos centrados en lo nuestro, en lo futbolístico: somos conocedores de lo que pasa, pero tratamos que no influya en el equipo. Nos preocupamos de ganar partidos, de jugar bien y de que el público disfrute. Lo demás nos afecta poco. Habladme de cosas constructivas”, dijo el técnico.

A vueltas con la cantera

Otro de los temas con los que se ha cruzado en más de una ocasión el nuevo timonel azulgrana. Desde un principio Setién aseguró que tendría en cuenta y seguiría la evolución de los jugadores canteranos, pero también es verdad que siempre habló de “prioridades” tras su aterrizaje de emergencia en el Camp Nou.

Con Luis Suárez y Dembélé en el dique seco y Carles Pérez cedido a la Roma con opción de compra, el cántabro ha tenido que tirar de Ansu Fati, pero no ha podido conceder igual trato a perlas como Riqui Puig o Collado. Entiende que se trata de grandes jugadores, con un gran futuro, pero ahora el tiempo marca las urgencias (títulos).