¿Dónde está el límite de las lesiones en la élite del fútbol?

A raíz de la lesión de Gavi, el doctor Antonio Tramullas de Move-Clínica Mi Tres Torres analiza el exceso de presión de los jugadores de élite

Se confirma la grave lesión de Gavi

Joan Represa

ANTONIO TRAMULLAS

En las últimas semanas, los medios de comunicación no han dejado de informar, casi a diario, de las múltiples lesiones ocurridas en deportistas de élite, sobre todo en el mundo del fútbol, entre ellas las del futbolista del FC Barcelona, Gavi. Semana a semana se van acumulando jugadores lesionados en las mejores ligas del mundo, y la Liga EA Sports no es una excepción.

Deberíamos diferenciar las lesiones por contacto (traumáticas), como las contusiones de tobillo, rodilla, hombro, etc, habitualmente por lances del juego y que son difícilmente prevenibles, de las lesiones sin contacto, en las que no interviene ni un contrario, ni un objeto, etc…. El deportista se lesiona solo.

La mayoría de las lesiones que leemos recientemente en el mundo del futbol masculino y femenino son lesiones del ligamento cruzado anterior (LCA) de la rodilla (por cierto, con mayor incidencia en el fútbol femenino), lesiones musculares del grupo muscular isquiotibial (parte posterior de la pierna), o lesiones musculares del músculo recto anterior (parte anterior de la pierna).

Es muy importante entender que las lesiones son multifactoriales, se producen por distintos factores de forma simultánea. Algunos se conocen, otros nos creemos que los conocemos y muchos otros, no se conocen hoy en día. Es evidente que algunos tienen más importancia que otros, pero todos contribuyen a que un deportista tenga más posibilidad de lesionarse.

Creo importante comentar específicamente dos de los factores más importantes en la aparición de las lesiones “sin contacto”. La carga externa físicas (workload) que reciben los deportistas en forma de entrenamientos, partidos, viajes, desfases horarios en los viajes, etc. Pero no quiero olvidar la carga psicológica por la propia competición, por el rendimiento, por temas familiares, etc, que sin duda es importantísima y poco objetivada hasta el momento.

Muy importante también es el factor genético. Actualmente hay genes identificados relacionados con cualidades físicas (resistencia, potencia, etc.) y otros genes que predisponen a lesiones musculares, tendinosas o ligamentosas. Es una información determinante a nivel de la prevención lesional para diseñar un plan preventivo absolutamente personalizado.

La prevención lesional es el objetivo de todos los excelentes especialistas mundiales en la Medicina del Deporte y en las Ciencias del Deporte que aportan su conocimiento para intentar reducir el número de lesiones en el mundo del fútbol y del deporte en general. Lejos de conseguirlo, el número de lesiones no deja de aumentar temporada a temporada.

Por otra parte, estamos acostumbrando a ver y disfrutar del talento futbolístico de jugadores cada vez más jóvenes en la élite. Me gustaría recordar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define el periodo de la adolescencia el comprendido entre los 10 y 19 años. Los adolescentes que están causando admiración recientemente en todo el mundo, no son adultos en miniatura. Son personas en periodo de desarrollo físico y mental, y deberían tener unas pautas de alimentación, descanso, cargas de trabajo, etc., diferentes a los adultos y ajustadas a su estado madurativo.

No quiero olvidarme de otra causa potencial del incremento del número de lesiones en el fútbol de élite. Las pretemporadas diseñadas erróneamente, sólo enfocadas en los ingresos económicos (que son muy importantes por supuesto) y que consisten en vuelos transoceánicos con importantes situaciones de diferencia horaria (jetlag), cansancio, trastornos del sueño, descanso y recuperación, además de empezar a competir de forma “amistosa” irreal, ya que con el objetivo de que el partido sea atractivo, se enfrentan entre sí, equipos de muy alto nivel, y el resultado del encuentro pasa factura.

Por último, quiero recordar que el periodo fuera de temporada (off season) en una liga como la NBA, donde juegan no menos de 80 partidos por temporada, suele ser de unas 20 semanas (4-5 meses) aproximadamente, antes de comenzar la temporada siguiente. Durante este tiempo, los deportistas descansan, se operan si lo necesitan para preparar su futuro deportivo, se recuperan, están en familia, etc. Esto no pasa en ligas como las españolas y europeas, y muchos jugadores enlazan el final de la liga doméstica con una competición europea y acaban descansando unas pocas semanas en el mejor de los casos.

Quizás va siendo hora que los médicos de los equipos, encargados de la salud del deportista, impongamos (idealmente, convenzamos) nuestros conocimientos, la evidencia científica y nuestra experiencia, a los jugadores, técnicos y directivos, sobre todo, en situaciones de riesgo, para proteger a los deportistas (pacientes), para que la toma de decisiones en cuanto a salud se refiere, no recaiga solamente en el jugador o en el cuerpo técnico.