Las gamberradas de Piqué en el vestuario

Cualquiera que haya llegado al vestuario del FC Barcelona sebe de buena tinta que Gerard Piqué les espera con los brazos abiertos. El central es uno de los grandes bromistas del equipo y su particular sentido del humor siempre le ha acompañado en cualquiera de los vestuarios que ha pisado.

"Sonreír hace crecer. Y es cierto que he hecho gamberradas dentro de un vestuario. En Manchester hice tantas… aquí no tanto. Soy fan del humor inglés, se putean y no pasa nada porque te la devolverán tarde o temprano. Aquí, en cambio, me metieron broncas por deshinchar ruedas...¿Qué pasa? Pues se hinchan otra vez y nada más. Lo hicé varias veces pero eso  tonterías al lado de las que hacía en el United"

"A Evra le quemamos unas zapatillas personalizadas que estuvo esperando durante cuatro meses"

El central recordó rápidamente a una de sus víctimas en Old Trafford, el francés Patrice Evra: "Evra llegaba con unas zapatillas nuevas que había pedido hace cuatro meses con los nombres de los hijos, super personalizadas... Se fue a duchar, hicieron una hoguera ahí en medio, las quemamos, lo grabábamos en vídeo y se lo pasábamos. Este era el nivel. Eran barbaridades lo que se hacía en un vestuario de Inglaterra".

Su paso por la Premier League fue una gran escuela futbolística pero también para cultivar su lado más creativo con las bromas a sus compañeros: "Llegabas a Manchester con una camiseta que valía un ojo de la cara. chuleabas un poco y en los disparos de falta, en los maniquíes ponían la camiseta que habías comprado y... ¡Todos a chutar! Acababa toda lleno de  barro... un desastre per allí es normal en un vestuario".

LAS BROMAS EN EL BARÇA

LAS BROMAS EN EL BARÇAEn su regreso al Barça, Piqué no dudó en seguir siendo el alma de la fiesta y uno de los más 'temidos' para los recién llegados. "A los nuevos fichajes y los que suben del B les hacemos cantar, bailar en pretemporada. Aplauso y ya está", confiesa.

Y rápidamente recordó cuando le tocó a él aunque con el uruguayo Martín Cáceres como protagonista: "En mi primer año, hacíamos un discurso y Martín Cáceres va y se sube a la silla a hablar. ¿Uruguayos? !Media hora y no acababa nunca! La gente dando patadas bajo la silla y no sabía acabar. Estuvo ocho o nueve minutos hablando. Últimametne se me ha ido esta parte mía, antes hacía muchas más".