Koeman visitó a un desatado Laporta en el césped ya desierto de La Cartuja

Justo un mes después de proclamarse oficialmente presidente del FC Barcelona por segunda vez, Joan Laporta alcanzó las mieles de un título. En una de las temporadas más complicadas y complejas de la historia reciente del club, sin rumbo, sin timón y en una situación alarmante a nivel económico y estructural, 'Jan' hizo alarde de ese 'aura' que lo acompaña y cimentó la primera piedra de ese "ho tornarem a fer" que vendió a bombo y plantillo durante la campaña electoral.

El mensaje desde que fue elegido para comandar la nave azulgrana ha sido inequívoco hasta ahora: optimismo, confianza y fe ciega en lo que hay. Maximizar recursos para intentar suma éxitos a corto plazo y plantar semillas para lo que está por venir. La final de Copa en La Cartuja era importante para Koeman, para los jugadores después de sinsabores y críticas, pero también para un Laporta que era (y es) consciente de que un espaldarazo así (y con la excelencia que se produjo) ayuda mucho. Muchísimo.

Porque este título no resuelve un ápice del desaguisado económico de la entidad, pero insufla una moral y un 'buenrollismo' ultranecesarios para todo lo que debe venir después. Y obviamente esa relevancia quedó reflejada una vez pitó Martínez Munuera.

Cuando los operarios terminaban de recoger los restos de lo que había sido un breve festejo sobre el terreno de juego tras la entrega de la copa, sobre el verde de La Cartuja apareció un reducto de la directiva azulgrana comandado por un Laporta eufórico.

Prácticamente todo el mundo había abandonado el césped. Cámaras, fotógrafos, staff. Más de 20 minutos de 'rúa' con fotos desde todos los ángulos con el trofeo que captó nuestro fotógrafo Valentí Enrich. Yuste, Elena Fort, Juli Guiu, Josep Cubells y Josep Maria Albert acompañaron a Joan. Ya hacia el final se les unió Ronald Koeman, que estuvo bromeando con los directivos y que luego puso rumbo con ellos hacia el aeropuerto de Sevilla. Ya se habían abrazado en un 'impass' cruzándose en la zona mixta, pero esta vez pudieron departir más tranquilos, saboreando cada sorbo de esta Copa. Quien sabe si la primera de muchas.