LaLiga está en sus manos

El Barça se acomodó ayer noche en el sofá con el móvil en una mano y el mando a distancia en la otra. En la tele, un Real Madrid-Valencia en el que lo peor que podía pasar era acabar la primera mitad de LaLiga viendo por el retrovisor a los blancos con cinco puntos menos. Es lo que tiene acabar la jornada laboral con la satisfacción del deber cumplido. O del trabajo bien hecho, da lo mismo.

Xavi y compañía abandonaron el Benito Villamarín con tres puntos que, sumados a los que ya tenía, suman un total de 50, 22 más que la temporada pasada a estas alturas. Son cifras que permiten encarar lo que queda de campeonato con optimismo. También con la máxima cautela, pero con muy buenas sensaciones. La victoria madridista ante los che en el Bernabéu entraba dentro de lo previsto y supone arrancar la segunda vuelta con la misma distancia con la que llegó a la última jornada de la primera y que le dio el título honorífico de campeón de invierno.

Solidez máxima

Cualquier ayuda en forma de tropiezo de quien pelea el título mano a mano con el Barça es siempre bienvenida, pero los blaugrana dependen de sí mismos para ser campeones y están exhibiendo una solidez que empieza a recordar a épocas en las que el conjunto culé dominaba con mano de hierro el torneo de la regularidad.

Los de Xavi Hernández solo han dejado de sumar siete de los 57 puntos que se reparten entre las primeras 19 jornadas. Tres de ellos los perdió, precisamente, ante el Real Madrid en Chamartín y aquella sigue siendo la única derrota sufrida por el Barça en lo que va de LaLiga. También es el único tropiezo del equipo lejos del Spotify Camp Nou, donde, en cambio, sí han cedido dos empates, en el debut liguero ante el Rayo Vallecano y en el derbi ante el Espanyol, un partido recordado por el nefasto arbitraje de Mateu Lahoz. Dieciséis victorias en diecinueve jornadas son razones suficientes para soñar en grande.

El qué y el cómo

El Barça va a ritmo de campeón y, aunque los registros goleadores son mejorables porque solo han marcado 39 goles, números que están lejos de las temporadas más prolíficas del club, lo compensa en hecho de haber encajado solo siete goles. La enorme solidez defensiva ha sido uno de los mejores argumentos en lo que va de campeonato.

Y, sin embargo, lo más celebrado en el barcelonismo es ver cómo el fútbol del equipo mantiene una línea claramente ascendente y el qué, cada día más, va acompañado del cómo. El juego al que aspira Xavi va calando entres sus futbolistas y permite que la felicidad, de momento, es completa.