Jordi Quintillà: Su ídolo es su hermano pequeño

Si un día se encuentran a Jordi Quintillà por la calle y quieren hacerle un regalo, entren en la primera pastelería que encuentren y le compran un pastel de chocolate. Si, vale. También es verdad que ahora que desde el pasado 3 de julio tiene el carnet de conducir no le sentaría nada mal que le regalaran un Wolkswagen Scirocco, pero, claro, con la que está cayendo, creo que entenderá que es más fácil que le regalen el pastel que no el coche...

Jordi estaba tan tranquilo en su Lleida cuando un buen día que jugaron contra el juvenil B del Barça en la Ciutat Esportiva de Sant Joan Despí no se le ocurrió otra cosa que hacer un partidazo. Una semana tardó el Barça en llamar a su representante y proponerle que estuviera a prueba en el equipo. Dicho y hecho. No hizo falta ni que acabara la semana. El jueves ya le dijeron que era nuevo jugador del FC Barcelona.

Ni se lo creía. Y no porque no confiara en sus posibilidades. Nada más lejos de la realidad. Pero prefirió mantener la máxima discreción y hasta que un mes después no firmó con el Barça muy pocos conocieron la noticia.

Ahora ha acabado su segunda temporada en el club blaugrana. En dos años ha tenido la suerte de estar a las órdenes de dos grandes entrenadores, como Sergi Barjuán y Òscar García. Además, ha tenido la suerte de poder entrenar en alguna ocasión con el primer equipo, algo que admite que es lo primero que le viene a la cabeza cuando cierra los ojos y piensa en el fútbol.

Todo futbolista tiene su ídolo, su espejo donde mirarse. Normal. Lo que ya no lo es tanto es que tu ídolo sea... tu hermano pequeño. Pero si, el ídolo de Jordi es su hermano tres años más pequeño, Xavier, que esta próxima temporada estará a las órdenes de Jordi Vinyals en el juvenil A del Barça. Para Jordi, su hermano es un ejemplo de actitud y autosuperación dentro de un campo de fútbol. Y además de Xavier, también le gusta la manera de jugar y el estilo de otro jugador que será compañero suyo este año en el Barça B: Sergi Roberto.

Tiene las ideas muy claras. No le importa admitir que estar en el Barça es un privilegio y disfruta de cada minuto en el club como si fuera el último, porque, como él dice, ese sueño que está viviendo se le puede acabar de la noche al día. Y como sabe que esto del fútbol dura cuatro días, este año ha acabado el primer curso de CAFE (Ciencias de la Actividad Física y el deporte) en la Blanquerna.

Vale. Todo eso está muy bien. Pero, ¿y futbolísticamente? ¿qué tal es? Pues los que le conocen, explican que estamos ante un centrocampista zurdo, cuya posición natural es la de interior, tanto por la derecha como por la izquierda, aunque puede desenvolverse en cualquier posición del centro del campo, e incluso la delantera. Jugador de clara vocación ofensiva, ha demostrado que pese a ser centrocampista tiene gol, algo que valoran mucho aquellos que piensan que muchas veces el gol es más fácil que llegue desde la segunda línea que desde los delanteros.