Jordi Alba: semana 'entre algodones' tras sacrificarse en el Bernabéu

Un Barça fallón en el pase y en las ocasiones pierde el clásico y cede el liderano al Madrid

German Bona

German Bona

Jordi Alba terminó exhausto, como no podía ser de otra forma, el clásico del Santiago Bernabéu, pero sobre todo afectado por la derrota. El lateral puso todo de su parte para jugar un partido que, esperaba, decantara la Liga para el Barça. El de L'Hospitalet desafió incluso a la lógica y regresó dos semanas después de la lesión muscular sufrida ante el Getafe en el Camp Nou, cuando el tiempo de recuperación previsto -que no oficial- era un mínimo de tres semanas.

Arriesgó porque entendió que el equipo necesitaba su presencia en un encuentro vital y porque así también se lo hicieron saber. Las sensaciones fueron buenas los días previos, incluso mejor de lo esperado, y el alta médica confirmó que estaba disponible. El día del clásico hubo la última prueba y volvió a ser satisfactoria. No cometió, por lo tanto, ninguna temeridad, aunque, está claro, existía riesgo de recaída.

Durante el partido, las sensaciones también fueron buenas, especialmente en la primera mitad. Suya fue la asistencia a Antoine Griezmann en la mejor ocasión de los azulgranas, y recordó a las combinaciones con Messi que tan buen resultado han dado. El francés, no obstante, la desbarató con un mal tiro. La presencia de Alba incluso condicionó al Real Madrid, y éste fue uno de los aspectos buscados por el técnico barcelonista con su presencia. Fede Valverde vigiló muy de cerca al lateral catalán y el uruguayo, más pendiente de labores defensivas, no brilló en la creación.

En la segunda mitad, Alba notó el esfuerzo y los días de ausencia -solo tuvo dos entrenamientos con el grupo antes del partido- y tampoco le favoreció el bajón generalizado del equipo. Aun así, aguantó los 90 minutos y no fue ninguno de los tres sustituidos por Quique Setién. En este sentido, objetivo cumplido.

Ahora, tiene Jordi Alba una semana por delante y le beneficia que no haya partido intersemanal. Su presencia el sábado en el Camp Nou ante la Real Sociedad dependerá de las sensaciones estos días. No forzará, como es lógico, pero si se encuentra bien, tampoco debería haber impedimento para jugar.

Objetivo: a tope contra el Nápoles

Pasado el clásico, la otra gran cita marcada en rojo en el calendario de Jordi Alba es la vuelta ante el Nápoles en la Champions League. Quedan dos semanas, tiempo suficiente para llegar a tope en el aspecto físico y sin ningún tipo de temor. El lateral es consciente de que también se está jugando su participación en la próxima Eurocopa, una compètición que le ilusiona. Si está bien, se ha demostrado que no hay un lateral zurdo de su categoría, y espera recuperar su mejor versión.

Las lesiones, hasta ahora, le han impedido ser el Jordi Alba que rindió a un nivel fantástico en 2018 y durante muchos meses de 2019. Pero ha sabido sobreponerse a las adversidades y la actitud en el Bernabéu pone de manifiesto que mantiene toda la ilusión y voluntad para arrancar la moto por la banda y que ya nada le pare.