Coutinho tenía encargado un traje azulgrana hecho a medida

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

Coutinho llegó, debutó y deslumbró. Seguramente tendrá su traducción al latín y sonará mucho mejor y más culto, pero el caso es que así es como podría definirse el debut del ex del Liverpool con la zamarra de su nuevo equipo. Al brasileño se le vio metido desde el primer instante desde el banquillo. Celebró los goles de Suárez y Messi como el que más y vibró con la gran primera parte de su nueva escuadra.

Sabe que en el FC Barcelona la competencia es feroz y que ganarse un sitio, por mucho que hayas costado 160 'kilos', es harto complicado. Más cuando compartes posición con nombres de la talla de Iniesta, Paulinho, Rakitic, André Gomes o Sergi Roberto, consolidados en el sistema de Valverde y cuyo rendimiento está más que probado.

El caldo 'Coutinho' venía cociéndose a fuego lento desde bastante antes de que diera inicio el choque, bien condimentado con dosis de expectación y elaborado con cariño por parte de una afición que mostró desde el primer momento un interés especial por la gran novedad del día. Porque Messi siempre será el 'niño mimado', pero en el corazón de los culés siempre hay un recoveco para novedades y para nuevos ídolos. Y parece que Philippe tiene todos los ingredientes para pasar a formar parte de ese 'Hall of fame'

El Estadi le dedicó una de las ovaciones más atronadoras que se recuerdan en el 68'

Valverde llamó a su nuevo soldado para que hiciera ejercicios de calentamiento junto con André Gomes y Paulinho a poco de comenzar el segundo tiempo. El Camp Nou apartó la vista durante unos minutos del balón para centrarla en los primeros pasos de 'Couti' desde el banquillo hasta la zona de calentamiento. No tuvo que esperar mucho para liberar sus nervios el ex del Liverpool.

La cosa fue de 'inhos'. En el 63' era Paulo Becerra el que entraba y solo cinco minutos más tarde el Estadi se paralizaba y se ponía en pie para, en primer lugar, despedir a una leyenda como Iniesta y, acto seguido, dedicar una atronadora ovación a su nuevo referente. Coutinho apareció en el terreno de juego con humildad, con ganas de asociarse con sus nuevos compañeros y con la lógica prudencia del que debuta en un escenario tan imponente. Pero pronto se sacó de encima esa mochila y en una de sus primeras acciones le tiró un caño a Víctor Sánchez y provocó una falta peligrosa en la frontal. La camiseta azulgrana le sentaba como un guante al brasileño, verdaderamente como si un sastre se la hubiera dejado hecha a medida antes de su llegada.

El famoso 'ADN' Barça no le pesó en ningún momento y al centrocampista se le vio con un gran desparpajo en cada una de sus acciones. Buscaba a Messi, Messi le buscaba a él (una asociación de la que se espera muchísimo en can Barça) y pisaba y mimaba el balón de esa manera tan característica, al estilo fútbol sala. Ha nacido un ídolo en el Camp Nou. Un ídolo con un traje hecho a medida y que le sienta a las mil maravillas.