Los cinco pecados del Barça en Milán

Más allá del escándalo arbitral que se vivió en el Giuseppe Meazza, el cuadro azulgrana se vio por momentos impotente sobre el césped

Raphinha se vio perdido jugando por dentro, Busquets desbordado ante las transiciones rápidas del equipo de Inzaghi y Pedri y Gavi nunca se sintieron cómodos

Inter - Barcelona | Paradón de Ter Stegen

Una gran parada de Ter Stegen en el partido contra el Inter / TELEFÓNICA

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

Siempre se recordará el Inter de Milán-FC Barcelona como el partido en el que el VAR pasó por alto una jugada clamorosa. Bueno, la sala del VOR. No avisar a Vincic, colegiado principal, fue algo tan incomprensible como injustificable por parte de la UEFA. En cualquier caso, a la hora de hacer autocrítica no solo se puede escudar el Barça en esas decisiones arbitrales controvertidas. Porque lo cierto es que el equipo se mostró por momentos impotente e incapaz de desarbolar a un cuadro de Inzaghi muy ordenado.

La realidad es que el conjunto azulgrana generó muchas más situaciones de peligro en el Allianz Arena que en el Giuseppe Meazza. Ante un cuadro TOP y principal aspirante a la Champions como el Bayern enfrente de un equipo que llegaba herido, habiendo perdido cuatro de los últimos seis partidos oficiales y con su técnico con la soga al cuello.

De esta forma, vamos a intentar 'justificar' por qué el FC Barcelona no fue el de otras ocasiones este curso en San Siro. Qué le faltó o, más bien, de qué pecó el conjunto de Xavi. Obviamente aquí hay que dar mucho mérito a un Inter que salió claramente a esperar su oportunidad agazapado atrás, pero que hizo muchas cosas bien.

RAPHINHA ESTUVO PERDIDO POR DENTRO Y 'PISÓ' A PEDRI

Quizás desde un inicio nos imaginábamos que sería Sergi Roberto el lateral que daría más amplitud, pero fue Marcos Alonso el que estiró más. Xavi quiso que el madrileño profundizara y ubicó a Raphinha en una demarcación en la que hasta ahora no lo habíamos visto. Ejerciendo casi como mediapunta. El caso es que al brasileño le costó mucho conectar por dentro. No solo eso, sino que dio la sensación de que invadía el espacio vital de Pedri. No jugó un buen partido el canario y se le echó de menos en fases del choque (no siempre puede estar de '10') y quizás parte de la 'justificación' la podemos encontrar ahí. Xavi mantuvo el dibujo toda la primera parte. Sin éxito. Marcos tampoco pudo ser definitivo en el carril y no estuvo fino en los pocos centros que intentó.

BUSQUETS, SUFRIENDO EN LAS TRANSICIONES

El Inter tenía claro, como decíamos, su objetivo principal. Esperar bien ordenado, basculando bien, manteniendo el bloque, para aprovechar las oportunidades al contraataque en las transiciones. Que iban a llegar. Y ahí la figura de Busquets sabía el cuadro 'nerazzurro' que sería importante. El de Badia (más aún con el paso de los años) sufre cuando tiene que replegar hacia atrás ante las embestidas del rival. Y ahí se vio al equipo barcelonista demasiado expuesto. Cada contra de los de Inzaghi era un acelerón de pulsaciones para el aficionado culé.

Por eso puso el técnico italiano a Correa en lugar de Dzeko. Porque sabía que sus opciones pasarían por correr a campo abierto cuando recuperara el balón. En una de esas llegó el tanto de Çalhanoglu y pudo llegar alguno más. La mano finalmente neutralizada de Eric Garcia por fuera de juego también venía por ahí. Lo mucho que da 'Busi' con el balón a veces te lo quita desbordado ante el 'zafarrancho' de equipos punzantes en las transiciones rápidas.

SOBREEXPLOTACIÓN DE DEMBÉLÉ

La sensación que dejó el partido en el Meazza fue que cuando no se acaban de encontrar huecos o la 'fórmula' para penetrar en la defensa contraria, cuando Pedri no está cómodo o cuando 'Lewy' está totalmente neutralizado, la solución es Dembélé. El galo nunca se esconde, siempre quiere el balón. Lo intenta de una forma, de otra. Tiene esa personalidad tan necesaria y esa capacidad mental para, aunque no le salgan las cosas, no cejar en su empeño. Y en Milán el equipo lo buscó demasiado. Tanto en la primera como en la segunda parte, ante la ofuscación la vía principal era pelota a Ousmane y que inventara algo. Es una alternativa y una opción buena, pero insistir demasiado vuelve al equipo previsible.

LA DEPENDENCIA DE LEWANDOWSKI

Es un poco la cuestión que planea los últimos días/semanas en el entorno del Barça. ¿Hay 'Lewandowskidependencia'? A nivel goleador, probablemente sí. Ha marcado el 50% de los tantos globales del equipo (12 de 24). Las cifras anotadoras del Barça son buenas en este arranque (2,4 dianas por partido), pero quizás se está echando de menos más aportación. Sobre todo de la segunda línea. Ayer 'Lewy' no estuvo fino. Puede pasar, es humano. Y sin el polaco entonado ni entrando en juego se vieron carencias a nivel de presencia en el área en la zona de remate.

FALTA DE CONCENTRACIÓN EN EL GOL EN UN MOMENTO CLAVE

Un gol en el 47' siempre es doloroso. Se mire como se mire. Pero en un partido con la igualdad y la trascendencia del de ayer en el Giuseppe Meazza, mucho más. El Barça recibió un mazazo tremendo. Que se podría haber evitado, claro. Xavi se mostró cabreado en rueda de prensa recordando la acción. "El Inter se ha encontrado con ese gol de fuera del área que no hemos defendido bien". El caso es que el equipo no estuvo vivo ni concentrado en la frontal para cazar una segunda jugada que acabó con el latigazo del turco.