Posesión no es control ni eficacia

Eric, en una acción defensiva ante Correa

Eric, en una acción defensiva ante Correa / AFP

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Está claro que la Champions no es la Liga ni el Bayern o el Inter son como la mayoría de rivales que el Barça se encuentra en la competición doméstica. En la Champions, la posesión no es tan decisiva. Los rivales saben cómo desactivarla y como tienen futbolistas de mayor calidad, pueden imponer sus armas, que ante el Barça básicamente son contragolpe, verticalidad y fútbol directo.

El Inter hizo solo tres cosas pero las hizo bien. Defender, robar y contraatacar. El Barça quiso hacer más y, excepto los últimos veinticinco minutos, las hizo casi todas mal. Es realmente preocupante lo que sucedió en la primera parte, en la que el equipo de Xavi, a pesar de tener mucha posesión no tuvo el control del juego. Posesión no quiere decir control ni eficacia. Si cuando se pierde el balón no hay repliegue rápido, ¡peligro! Y si cuando se encierra al contrario no se encuentran espacios, ¡malo!

Todo en contra

La cuestión es que el Inter, con un estilo más rudimentario si se quiere, creó más peligro. Y así, forzó el paradón de rigor de Ter Stegen, un penalty por mano de Eric García del que el Barça se libró gracias a un fuera de juego milagroso, y milimétrico, anterior, otro fuera de juego que invalidó una jugada que terminó en gol y el 1-0 de Calhanoglu en el último instante de la primera parte, para más dolor.

Y todo, a base de robar y correr dejando en evidencia el sistema de contención azulgrana, que sufre cuando el rival es físicamente superior. En la segunda parte, el Barça lo intentó a base de empuje, pero se estrelló contra la defensa del Inter... y el árbitro.

Sin noticias de Lewandowski y Raphinha y con el juego errático de Dembélé, solo Pedri dio muestras de su clase. Xavi buscó mayor profundidad con Balde por Marcos Alonso y más remate con Ansu Fati por Raphinha. Pero ayer todo estaba en contra y una mano de aquellas que solo ve el VAR anuló el gol de Pedri que hubiera significado el mal menor del empate.

El mismo VAR, por cierto, que no quiso hacer justicia con la mano de Dumfries ya en el descuento. Tocará sufrir. El próximo miércoles será una final contra este mismo Inter.