FC BARCELONA

Cinco diferencias entre el Barça de Rijkaard y el de Luis Enrique

El Barça no sumaba tan pocos puntos (26) en Liga desde la última temporada de Rijkaard ¿Es una comparación sostenible? 

Rijkaard y Luis Enrique coincidieron en el Barça

Rijkaard y Luis Enrique coincidieron en el Barça / sport

Dídac Peyret

Disputadas 12 jornadas de Liga, el Barça de Luis Enrique suma los mismos puntos (26) que en la última temporada de Rijkaard en el banquillo. O lo que es lo mismo, el conjunto azulgrana ha perdido 10 puntos de los 36 posibles

La coincidencia de cifras ha contribuido a la comparación. Sobre todo porque ese Barça -el del extravío de Rijkaard, el de la autocomplacencia, el de la autogestión- sigue anclado en la memoria del barcelonismo de lo que pudo ser y no fue. La sensación de entonces sigue vigente: ese Barça murió cuando parecía que tenía herramientas para alargar el ciclo ganador.

El momento actual puede tener algún denominador común -sobre todo la difícil gestión de un equipo que lo ha ganado todo en los últimos años- pero varios elementos invitan a pesar que los protagonistas son distintos y también el contexto.

El perfil del entrenador

Luis Enrique y Rijkaard son tipos distintos y entrenadores diferentes. El asturiano se caracteriza por ser una persona con nervio, en estado permanente de alterta y de mucho arrojo. Rijkaard es otra cosa; una persona que se caracteriza por su perfil diplomático, conciliador y con alergia al conflicto. Es además particularmente tranquilo. 

Los dos están en las antípodas en su manera de ser. El Barça del holandés terminó cayendo en la famosa autocomplacencia, palabra que se pudo muy de moda, coincidiendo con el abandono particular de Ronaldinho. 

"Le ha faltado estar encima de esos pequeños detalles para conseguir la intensidad en el juego y en los entrenamientos", llegó a decir Txiqui tras el anuncio del adiós de Rijkaard. Esos detalles son los que precisamente cuida el cuerpo técnico de Luis Enrique. Y la intensidad en los entrenamientos es innegociable con el asturiano. 

Del 'laisser faire' al intervencionismo

Cuando empezó la cuesta abajo de algunas de las estrellas del equipo, Rijkaard optó por darles espacio para que recuperaran su mejor versión. Lo hizo a partir del diálogo, con altas dosis de comprensión y empatía. Se habló de autogestión y le fallaron los jugadores.

Sobre todo algunos como Ronaldinho y Deco, que nunca recuperaron su mejor versión. Tampoco encontró soluciones tácticas el holandés, que se puso en manos de las vacas sagradas con algunas excepciones como Bojan y Giovani dos Santos. 

Luis Enrique ha cedido en algunas guerras perdidas de antemano -dar el mismo trato al tridente que al resto de la plantilla- pero se ha carcaterizado por su intervencionismo.

En su tercera temporada en el banquillo del Barça ha radicalizado las rotaciones y ha experimentado con distintos dibujos para hacer del Barça un equipo menos previsible.

Rijkaard optó por la autogestión y le fallaron los jugadores

El talante de la gran estrella

De Ronaldinho a Messi hay un mundo. El brasileño era un futbolista descomunal que jugaba al fútbol para vivir (a su manera). El '10' parece vivir para jugar al fútbol

Ronaldinho cedió el trono sin ofrecer mucha resistencia; sencillamente se aburrió de la exigencia, de tener que ser el mejor dos veces por semana.

Así que se alejó de las compañías incómodas (las que le aconsejaban que cambiara su estilo de vida), se hartó de las filtraciones interesadas, y dimitó decepcionado con el club, a la espera de ser adorado en otro club. Él que levantó el ánimo de todo un club, se fue deprimido del Barça.   

Messi es otro talanante. Probablemente la estrella de la historia dle fútbol que más tiempo ha prolongado un nivel de otra galaxia. También ahora, que se acerca a la treintena mantiene una ambición incontenible. Su presencia sigue siendo un seguro de vida.

Ronaldinho jugaba al fútbol para vivir a su manera; Messi parece vivir para jugar al fútbol

Incluso tras algún preocuoante apagón (la temporada del Tata) ha regresado reinventado en un futbolista (incluso) más completo.

De los cuatro fantásticos al tridente

En la última temporada de Rijkaard, el club juntó a Ronaldinho, Eto'o, Messi.... y Henry. Los llamados cuatro fantásticos. Cuatro delanteros de un nivel superlativo. Pero el desplome del equipo fue tal, que Bojan y Dos Santos terminaron teniendo minutos. Hubo lesiones, claro, pero también la sensación de que aquel experimento nunca terminó de funcionar.

Sobre todo por la falta de química -y el desgaste- de algunos futbolistas. La relación entre Ronaldinho y Eto'o fue seguramente la más comentada. Sobre todo tras el episodio de Vilafranca

El runrún de esa época contrasta con la buena salud del tridente, amigos fuera de los terrenos de juego, y el gran activo de este Barça en el césped.  

El momento del proyecto

La última temporada de Rijkaard vino precedida por una temporada decepcionante. Ya entonces se empezó a hablar de cierto desgobierno en el vestuario y de dinámicas peligrosas. 

La coartada de la directiva de entonces fueron los éxitos recientes. El mensaje fue: hay que dar una segunda oportunidad a una generación, y a un técnico, que han levantado el club. 

"Merecía acabarla", dijo Txiki, que no era partidario de destituir al holandés a media temporada. Además el equipo también logró triunfos en un curso "de momentos extraordinarios con otros de flaqueza". 

La situación ahora es bien distinta, porque el Barça de Luis Enrique no ha vivido todavía ninguna temporada decepcionate. Y se trata, aún, del tercer curso con el asturiano en el banquillo. 

Parece poco probable, incluso, que pueda ser destituido aunque el equipo no logrará ningún título. En su caso es más factible que sea él mismo el que decida no renovar con el club, aunque todavía es muy temprano para saber qué hará Luis Enrique. El técnico decidirá a final de temporada y gana enteros la opción de que siga un año más.