El 'cholismo' más puro resucita como la gran amenaza

Mientras el Madrid no marca, Morata los mete a pares

Morata fue el protagonista en el partido ante la Real Sociedad / LaLiga

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

Los adeptos a la religión ‘cholista’ nunca dejaron de creer. Tal y como reza uno de los eslóganes de este Atlético de Madrid ‘postpupas’ (‘Nunca dejes de creer’), algunos adeptos se bajaron del carro, pero la gran mayoría se mantuvo a flote. Hubieron dudas, por momentos pareció que ese aura que había acompañado a la llegada de Simeone se había esfumado, pero en el momento cumbre de la temporada lo cierto es que el ‘cholismo’ ha vuelto. Y parece que para quedarse. Son siete puntos, pero el Barça no puede ni debe relajarse.

Aterrizó en invierno de 2011, poco antes de Navidad, sin hacer demasiado ruido. Pero poco a poco su fuerte personalidad, su mentalidad competitiva feroz y la enorme solidez defensiva impregnaron a todo el Atlético de Madrid. Desde entonces el club colchonero se ha ido situando escalonadamente en el epicentro del mapa mundial futbolístico y ha terminado por ganarse la consideración de grande con todas las letras. Jugar frente al Atlético en Champions ya no es un motivo de ‘destensión’, sino todo lo contrario.

EL PARTIDAZO ANTE LA JUVENTUS COMO PUNTO CULMINANTE

La exhibición del otro día en el Wanda ante la Juventus es una magnífica prueba de ello. La comunión con la grada es total. Y, seguramente en el único caso en el primer plano europeo, el entrenador es la figura más adorada por la grada por encima de cualquier futbolista. El ‘Cholo’ es la cara visible, el faro, el líder indiscutible. Y su esencia parece que ha vuelto. Tras perder en casa en el derbi liguero (1-3) lo más sencillo es que se hubiera instalado una especie de depresión. No era para menos. Lejos en la Liga del líder, eliminado el equipo en Copa de forma prematura con una derrota sonrojante en casa contra el Girona y con una eliminatoria durísima por delante ante una Juventus clara candidata a ganar la Champions. Pero eso es lo que hubiera hecho el viejo Atlético de Madrid.

Después de vencer al Rayo Vallecano en Vallecas en un partido soso pero 100% ‘cholista’ (0-1), la Juventus se vio atrapada por el magnetismo del Wanda y de unos jugadores que dieron todo lo que llevaban dentro para encarrilar el pase a cuartos. Con la enorme inyección de moral que eso supuso, han llegado dos victorias más con suficiencia frente a Villarreal (2-0) y Real Sociedad (0-2). Cuatro partidos seguidos sin encajar y una sensación de solidez tremenda. Oblak es un porterazo, Godín, Giménez, Savic y compañía una muralla, pero ya lo eran antes de este resurgimiento. Ojo, porque sí que son siete puntos y el Barça no está mostrando síntomas de debilidad, pero cuando el ‘cholismo’ arranca ese ‘rodillo’ competitivo no solo no deja de creer, sino que es capaz de cosas imposibles.