50 años del gol imposible de Cruyff

La afición azulgrana que se dio cita en el Camp Nou el 22 de diciembre de 1973 presenció un gol inverosímil. Solo a un fuera de serie se le ocurriría sacarse de la chistera un remate de esas características y alojar el balón al fondo de la red

La acción del “Flaco” permanece muy viva en la memoria azulgrana

El momento estelar. Johan, ya en pleno vuelo, conectó el centro de Charly Rexach para anotar un gol de bandera. Miguel Reina, el portero, ex del Barça, siempre mantuvo que el “Flaco” quería centrar

El momento estelar. Johan, ya en pleno vuelo, conectó el centro de Charly Rexach para anotar un gol de bandera. Miguel Reina, el portero, ex del Barça, siempre mantuvo que el “Flaco” quería centrar / ANTONI CAMPAÑÁ

David Salinas

David Salinas

El pasado viernes se cumplieron 50 años de la foto más icónica de Johan Cruyff con la camiseta del FC Barcelona. La imagen habla por sí sola y refleja lo que fue el jugador (1973-78) y entrenador (1988-1996) azulgrana: un genio. Solo a un fuera de serie se le ocurriría anotar un tanto después de despegar, volar y rematar acrobáticamente sin apenas ángulo. El gol, de bella y perfecta ejecución, fue recibido con flamear de pañuelos por la grada del Camp Nou.

La conquista del “Flaco” abrió el marcador de un Barça-Atlético de Madrid (2-1) disputado el 22 de diciembre de 1973 en el estadio barcelonista. Llegó en el minuto 44. La acción tuvo lugar después de un centro de Charly Rexach desde la derecha del ataque local y tras sentar a Capón con un regate académico. Todo parecía indicar que el balón acabaría perdiéndose por la línea de fondo, pero entonces apareció Cruyff para elevarse de forma inverosímil y conectar con el esférico.

El partido, que empezó a las 22.30 horas, acabó 2-1. Rexach firmó el 2-0 en el minuto 55, tras una asistencia de Cruyff y Gárate, en el 63, recortaría la diferencia. Por el Barça jugaron Sadurní; Rifé (Gallego, min. 29), Torres, De la Cruz; Costas, Juan Carlos; Rexach, Asensi, Cruyff, Sotil y Marcial. A partir de entonces Cruyff también fue conocido como “El holandés volador”.

Reacciones

La prensa de la época elogió el tanto de Cruyff por la capacidad que tuvo el futbolista para sorprender y dejar boquiabierto al personal. Así, “Marca” explicó que el gol llegó “sin ángulo de tiro, sin posición de remate, sin terreno apenas ante sí“ y que “en vuelo, con un movimiento lateral de la pierna derecha, impulsó la pelota para marcar, cruzándola a la izquierda”. Por su parte, “As” dijo: “Un gol, señores, de bandera. Un gol de genio, de cerebro, de lo que quieran. Un gol de los que hacen a un jugador (...) Cuando la pelota estaba casi sobre la raya, Cruyff pegó un salto inesperado, tocó el balón no sé cómo y éste fue a parar al otro lado del marco”.

“Mundo Deportivo” comentó el gol así: “El balón parece perdido, pero Cruyff, atento, llega al esférico y en genial malabarismo, lo controla y lo desvía a las mallas cuando parecía del todo imposible. Un gol del que se hablará tiempo”.

Rinus Michels, entrenador del Barça, reacio a las valoraciones individuales porque siempre defendió que el fútbol era un deporte de equipo, hizo una excepción y dijo de Cruyff al término del encuentro: “Juega en todos los lados y si tiene que estar en el área para rematar, allí está; si tiene que bajar en apoyo de sus compañeros, baja. No se queda nunca fijo”. Dos días después, el día de Navidad de 1973, Cruyff fue proclamado mejor futbolista de Europa por segunda vez en tres años, igualando el récord de Di Stéfano, el único que había repetido.

Una imagen con historia

Y si el gol tuvo su historia, las fotos, también. Por parte de la prensa catalana capturaron la imagen Antoni Campañá (hijo) y Rafa Seguí. Campañá, olímpico por España en los Juegos de Invierno en Grenoble (1968) trabajaba en “Dicen…” y Rafa Seguí, ex jugador del FC Barcelona en categoría Juvenil, en la agencia familiar que dirigía su hermano mayor Horacio. Seguí, fotógrafo desde los 15 años, alternó su pasión por las cámaras con el fútbol, actuando en el Londres −un equipo del barrio de Les Corts formado por el señor Jardi−, para pasar por el Sants, Barça −fue incorporado por el mítico Josep Escolà, “El catedrático del fútbol”−, Penya Anguera, Poble Sec, Condal, Atlètic Catalunya, Aragón, Huesca y Jaca.

Campañá disparó con una Nikon F2, usó una óptica de 85 mm F 1:2 y una película Tri-X 400 ASA, de Kodak, forzada a 1.600 ASA. Seguí, por su parte, realizó la fotografía con una Asahi Pentax Spotmatic. Ambos usaron un revelador rápido (de apenas tres minutos) que, curiosamente, había inventado el padre de Campañá, Antonio Campañá Bandranas (1906-1989). En 2018 la familia Campañá encontró miles de fotografías, escondidas en dos cajas rojas en el garaje de la casa familiar, que Campañá (padre) había tomado durante los tres años de la Guerra Civil. Un legado de alto valor histórico. En 2019 se publicó el libro “La capsa vermella” (Comanegra) y en 2021 se elaboró un documental con el mismo título a cargo de Filmsnòmades en coproducción con TV3 y TVE.

Y todavía otra historia más de la fotografía, en este caso de la de Seguí. La autoría de la imagen se la atribuyó el mayor de la saga, Horacio, hasta que, a principios de 2022, Rafa, autor de la instantánea, gracias a una aportación de pruebas irrefutables y la colaboración de Campañá, que estaba a su lado aquel 22 de noviembre de 1973 en el Camp Nou, acabaron con la versión de Horacio. En febrero de 2024 tendrá lugar el inicio del juicio documental para que los derechos de autor vuelvan oficialmente, 50 años después, a su legítimo dueño.