POLÍTICOS ABONADOS AL CAMBIO CLIMÁTICO

Así afectará la zona de bajas emisiones a los concejales de Barcelona

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Eloi Badia, el pasado lunes, junto a la furgoneta que compró en el 2011 y de la que ahora se despedirá / periodico

Carlos Márquez Daniel

Si algo tiene la zona de bajas emisiones (ZBE) de Barcelona es que afecta a todos por igual. Da lo mismo la profesión, la edad o el barrio en el que vivas, si tu vehículo no pasa el corte, no podrá circular dentro del perímetro de las rondas. Como no podría ser de otra manera, la medida, que entra en vigor el 1 de enero, también repercute en los políticos que la han impulsado. Más de uno deberá pasarse por el concesionario o renunciar al coche propio y, curiosamente, algunos de los ediles directamente relacionados con la crisis climática están entre los afectados. Aún así, parecen tenerlo muy claro: adiós a los malos humos. Así es el 'plan renove' de los 41 concejales del ayuntamiento.

Vaya por delante que el parque móvil que aportan en la declaración de bienes que puede consultarse en la web del consistorio no se ajusta a la realidad. Porque en muchos casos el coche o la moto que usan está a nombre de algún familiar. Entre los que sí han rellenado esa casilla están tres de los principales implicados en la batalla por el planeta: la teniente de alcaldesa de Ecología y Urbanismo, Janet Sanz; la concejala de Movilidad, Rosa Alarcón, y el edil de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia. Dos de ellos son propietarios de vehículos que no podrán circular por Barcelona a partir del año que viene. Alarcón posee un ciclomotor Vespino matriculado en 1992. Lo mantiene, concreta a este diario, por "cuestiones sentimentales", y lleva 10 años parado. La concejala socialista se mueve por la ciudad en transporte público, andando o, cuando hay prisa, en taxi.

El caso de Badia es un poco más doloroso, puesto que se trata de una furgoneta camperizada que adquirió en el 2011 y que usa básicamente en fin de semana y durante las vacaciones. Es consciente de que le toca dar ejemplo, y por eso, con gran pesar, tiene previsto deshacerse de ella. ¿Para comprarse otra? No por el momento, pues no le urge y por la ciudad suele moverse en Bicing, sistema al que se abonó a las pocas semanas de estrenarse, en marzo del 2007. "Con ella hemos cruzado el Atlas, hemos ido a Eslovenia, a Italia..., puedes llegar a sitios increíbles y pasar la noche en plena naturaleza", relata. Se le nota que la decisión no ha sido sencilla. No descarta, en el futuro, quizás con la familia ampliada, volver a aventurarse con otra casita sobre ruedas, pero con un modelo más sostenible. Hasta que llegue ese momento, quizás pueda pedírsela prestada a su compañero de bancada en Barcelona en Comú Marc Serra, ya que la suya, también una Transporter, es del 2017. 

Sanz se salva por los pelos. Es dueña de un Volkswagen Golf del 2002. Lo compró hace cuatro años y dice que no lo usa "nunca" por ciudad. Pasa el corte porque es un modelo gasolina (están vetados los anteriores al 2000), pero si esto de las restricciones va a más, haría bien en empezar a buscar alternativas. Sus hábitos de movilidad los resume así: "Un 40% a pie, 30% en bicicleta, 20% en transporte público y un 10% en coche oficial". Ada Colau no tiene carnet de coche y aunque a principios del mandato anterior quiso apostar por el metro, se pasó (o más bien, la pasaron por razones de seguridad) al coche oficial. Decidió, eso sí, cambiar el pudiente Audi de sus antecesores por un monovolumen. Su pareja sí tiene vehículo y es el que usan para las vacaciones o durante los fines de semana en los que pueden escapulirse de la ciudad.

El buga de la banda

Gemma Sendra (Esquerra) pasó recientemente por el trance de tener que deshacerse de un coche viejo. Sucedió, casualidades de la vida, el día antes de ser nombrada concejala de Barcelona en substitución de Alfred Bosch, en el ocaso del mandato anterior. Cuenta que era un diésel del 2004 y que volviendo de Francia "decidió pararse y morir ahí mismo, en la autopista". Su jefe de filas, Maragall tiene en casa un Volkswagen Touran gasolina del 2006. Aunque lo suelen usar su mujer y sus hijas, la ITV la pasa siempre él personalmente, cosa que hizo, satisfactoriamente, hace un par de semanas. Como Sanz, también resume su movilidad en base a porcentajes: "40% transporte público, 25% vehículo privado, 15% andando y 20% de coche oficial". Ninguno de los 10 concejales de ERC tiene un vehículo afectado por la ZBE y la mayoría de ellos aseguran ser asiduos al transporte público o la bici.

Otro concejal con desguaces recientes es el responsable de Economía y Presupuestos, Jordi Martí. Se trata de un Volkswagen Polo de los antiguos, de los que tenían culo. Arrancó por última vez "el mismo día en el que se anunciaba la zona de bajas emisiones". "Fue así, tal cual, el mismo día; era un coche muy inteligente y supo que se terminaba su etapa". En los últimos tiempos solía usarlo su hijo, que en la foto que acompaña estas líneas aparece sobre el capó, con la trompeta, junto a los miembros de su grupo de música, Ominira. No esconde que en casa están pasando un cierto "duelo" por la perdida del auto, un vehículo "que llevó niños a la escuela, que nos acercó a la playa y que murió volviendo de una gira en Amsterdam". Fue su último bolo.

En el caso de Jaume Collboni, su declaración habla de una moto Suzuki de 1999 que mandó destruir antes de verano para pasarse a las motos eléctricas compartidas. Valls no tiene coche propio pero si sale debe ir de la mano del que pueda aportar su esposa, Susana Gallardo. Josep Bou tiene a su nombre un Volkswagen Beetle del 2003 que antes era de su hija y que se quedó porque le gustaba. En el día a día, sin embargo, suele moverse en el coche de empresa. En la bancada del PDECat no hay nadie afectado por la zona de bajas emisionesElsa Artadi no tiene ni coche ni moto. Las restricciones no afectarán en exceso sus hábitos de movilidad, puesto que se mueven habitualmente en transporte público o en algunos de los coches oficiales que el consistorio pone a disposición de los concejales. En Ciutadans, su jefa de filas, Mari Luz Guilarte posee un Mercedes de 1996 que fue propiedad de su padre, ya fallecido. Lo mantiene "por un tema sentimental" y lo tiene guardado, detalla, en otra comunidad autónoma.

Conocidos los hábitos de movilidad de los 41 concejales, y asumiendo que hacen lo que dicen, solo tres usan el coche por la ciudad, por siete que van en moto, otros siete en bici y el resto, andando o en transporte público; porcentajes mucho más sostenibles que la media de la ciudad. Eso sí, la inmensa mayoría admite que, de vez en cuando, echa mano de la flota municipal de vehículos híbridos. Los pequeños lujos de la cosa pública.