Cierran filas en torno al Cholo

Diego Pablo Simeone vive su momento más incierto desde que se hiciera cargo del banquillo del Atlético de Madrid el 23 de diciembre de 2011. Desde entonces hasta ahora, el 'cholismo' se había convertido en una religión en el Wanda Metropolitano. Simeone era el Mesías y su palabra ley. 

La mala temporada que está cuajando el conjunto colchonero, sin embargo, ha puesto a la afición ante el espejo y a muchos no les está gustando lo que ven: un club que se ha gastado 250 millones de euros este verano y continúa jugando como un equipo 'pequeño'. Durante el periplo de Simeone en la capital ese ha sido el santo y seña del Atlético temporada tras temporada; el 'leitmotiv' de un estilo al que el argentino ha sido siempre fiel a pesar de los pesares y las críticas recibidas. Nunca desde la grada, no obstante, que sólo ocho años después de su llegada empieza a cuestionar sus ideas futbolísticas.

Lo reflejan los silbidos que recibió el Cholo durante el último partido liguero ante el Leganés. Y no es de extrañar, porque jamás, ni siquiera en el semestre posterior a su llegada, a mitad del curso 2011-12, el Atlético había asumido una productividad menor a las órdenes de Simeone. Ni en 2011-12 (19 triunfos en 31 choques, lo que supone un 61 por ciento de victorias) ni en 2012-13 (35 de 56, un 62 por ciento) ni en 2013-14 (42 de 61, un 68 por ciento) ni en 2014-15 (31 de 56, un 55 por ciento) ni en 2015-16 (37 de 57, un 64 por ciento) ni en 2016-17 (35 de 58, un 60 por ciento) ni en 2017-18 (34 de 59, un 57 por ciento) ni el pasado curso: 30 de 51 y un 58 por ciento de duelos ganados.

Máxima unión en el vestuario

Mientras arrecia el vendaval o todo sale definitivamente por los aires, y con el derbi a la vuelta de la esquina, la plantilla del Atlético cierra filas en torno a su entrenador. “Los responsables somos todos los que estamos trabajando día a día: los jugadores. Sé que el entrenador intenta hacer lo mejor para el equipo. Es un momento complicado. Los más responsables de esta situación somos los futbolistas”, señaló Jan Oblak, una de las voces más autorizadas dentro del vestuario tras el último encuentro de Liga. “No es culpa de Simeone. El equipo está unido, no es cuestión de buscar culpables o señalar nombres. Es un equipo joven, llevamos apenas seis meses juntos, cada uno sabe en lo que está fallando y debemos mejorar. Tenemos que estar unidos”, subrayó Felipe. 

La paciencia de la afición, sin embargo, no es infinita y una derrota ante el Real Madrid en el partido del próximo sábado (16:00 horas) podría acelerar los acontecimientos. El Cholo ya no es intocable fuera del paraguas de su hinchada y la protección que le está brindando la plantilla puede tener fecha de caducidad.