Real Madrid – Nápoles o el recuerdo de cómo Chendo secó a Maradona… y hasta le hizo un caño

El enfrentamiento en Champions entre blancos y azzurri recuerda al duelo épico de 1987 en el que el mejor Nápoles de Maradona fue apeado por el Madrid.

Aquel partido se jugó a puerta cerrada en el Bernabéu y acabó con triunfo merengue (2-0) con Maradona anulado por Chendo, que incluso le hizo un caño.

“Los pajaritos disparando a escopetas”, definió Valdano, compañero de Chendo y amigo de Maradona, aquella jugada que marcó a esta leyenda madridista.

Maradona y Chendo

Maradona y Chendo / Agencias

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El Real Madrid recibe al Nápoles en la Champions League. Será la segunda vez en este formato de la máxima competición continental. Jamás tendrá el morbo (amén del rosario de anomalías) de la última visita en la versión tradicional de la Copa de Europa. Aquella tarde de 1987 en la que Mardona se plantó en Madrid al mando de un Nápoli amenazante que, sin embargo, se quedó seco en un Bernabéu vacío y con Chendo, el marcador de El Pelusa, dejando al ‘10’ en un jugador sin chispa… e incluso atreviéndose a tirarle caños. “Pajaritos disparando a escopetas”.

Así lo definió Jorge Valdano, que entonces era jugador del Real Madrid y que apenas un año antes había formado parte de la Argentina que había ganado el Mundial con Maradona en su mejor versión. Normal que aquel emparejamiento entre blancos y ‘azzurri’ tuvieran a los italianos como favoritos. Todo lo contrario de lo que sucede ahora con el Real Madrid y casi todos sus rivales en Champions. Por algo el equipo de Ancelotti (que también entrenó al Nápoles) es en las apuestas de fútbol de Betfair el tercer favorito a ganar el torneo con una probabilidad implícita del 12,5%.

El truco de entrenos sin público

 

Pero entonces no. Corría el año 1987 y, además, la Copa de Europa se jugaba con otro formato. Sólo jugaban los campeones y desde la primera ronda todo eran enfrentamientos directos. El Real Madrid tuvo la mala suerte de medirse en dieciseisavos, ese primer escalón, al Nápoles que venía de ganar su primer Scudetto. La ida, en el Bernabéu, la vuelta, en San Paoli.

Para colmo, el duelo se tuvo que jugar a puerta cerrada porque la UEFA castigó al Real Madrid por el famoso episodio del pisotón de Juanito a Matthäus. El ex delantero malagueño pisó la cabeza de la leyenda del Bayern durante un Real Madrid – Bayern que cerró la participación merengue en Europa el curso 86-87. El castigo fue el cierre del estadio para su siguiente partido en Europa, ya la temporada siguiente.

Todo parecía estar en contra, pero el Real Madrid, que venía de estar acostumbrado a la épica europea con sus famosas remontadas, tiñó el partido de día grande. Las jornadas previas, a petición de los jugadores, Benhacker, el entrenador, preparó los partidos en el estadio y sin público, para que los futbolistas se acostumbraran a ese escenario. Además, el técnico neerlandés aleccionó a Chendo para que se convirtiera en sombra de Maradona. Y lo consiguió.

¿Quién es Chendo?

 

Miguel Porlan (es el nombre de Chendo) es ahora delegado del Real Madrid, pero en aquellos años se convirtió en uno de los mejores defensas de Europa. Un lateral derecho de escasísima proyección ofensiva (sólo hizo tres goles en su carrera), pero guerrero guardián en la retaguardia, capaz de someter a sus contrarios a marcajes correosos como pocos jugadores en el viejo continente. Así resistió hasta completar 17 temporadas y jugar 498 encuentros oficiales.

Todo un mito que, esa noche, transformó la visita del Nápoles en uno de sus duelos más míticos. No sólo porque secó a Maradona, algo que ya era noticia, sino porque además se atrevió a tirarle un ‘caño’ que se hizo famoso en aquellos tiempos de escasas retransmisiones y agigantadas cuotas de pantalla. Sucedió cuando Chendo se animó a subir y, pegado al banderín de córner, intentó superar a Maradona con una finta en estático. Después de dos amagos, Chendo le tiró el caño al argentino… ¡y lo consiguió! Cierto es que Maradona se repuso bien, logró interrumpir la jugada y aquello acabó en nada. Pero aquel gesto técnico resumió bien lo anómalo de un partido que, por cierto, terminó con victoria 2-0 con goles de Míchel y Tendillo.

Un Nápoles sin sueño… como el Real Madrid

 

En la vuelta, en un San Paoli a reventar, el Nápoles soñó durante 32 minutos con la remontada. Francini hizo el 1-0 en el 9’, pero Butragueño, en el 43’, marcó el empate y ahogó las opciones italianas, que necesitaban el milagro de marcar tres goles más (por el valor doble de los tantos en campo contrario) para superar la eliminatoria.

Así es como seguramente el mejor Nápoles de Maradona cayó a las primeras de cambio en la Copa de Europa y se desvaneció el sueño de ver a El Pelusa peleando por la orejona. El Real Madrid, por cierto, fue eliminado en semifinales seguramente en la ocasión en la que la Quinta del Buitre más mereció el título continental que finalmente se llevó su verdugo, el PSV Eindhoven, tras ganarle en los penaltis la final al Benfica.