Neuer amplía la lista negra de porteros a los que el Real Madrid estropea

El portero alemán había sido el mejor de la vuelta en las semifinales de Champions ante el Real Madrid hasta que cometió un grave error en el 1-1

No es la primera vez que, ante la presión del Real Madrid, un portero de garantías mundiales comete graves errores que ayudan a los blancos

Manuel Neuer, durante el Real Madrid   Bayern Múnich

Manuel Neuer, durante el Real Madrid Bayern Múnich / AP

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La clasificación del Real Madrid para la final de la Champions League ante el Borussia Dortmund (Wembley, 1 de junio) sirvió para constatar un curioso proceso en el equipo merengue. Su capacidad para convertir a héroes en villanos. Porque Manuel Neuer, portero del Bayern de Múnich, iba camino de, a sus 38 años, ser el salvador germano en la vuelta de las semifinales que se disputaron en el Santiago Bernabéu.

Milagro, tras milagro, la leyenda de los bávaros fue frenando a todo el arsenal merengue, y en especial a Vinicius. Pero llegó el momento clave del encuentro y en la que parecía ser una atajada sencilla, un balón para embolsarlo con el pecho y atajarlo sencillo, la pelota se le fue del control y le quedó muerta a Joselu para hacer el 1-1. Comenzaba la remontada blanca gracias a un fallo impropio del partidazo que se había marcado Neuer. Para su tranquilidad, no es el primer arquero que estropea el Real Madrid. Está por ver si será el último.

El siguiente en la lista blanca es Gregor Kobel, portero del Borussia Dortmund y, salvo sorpresa, presumible titular en la final que disputará frente a los blancos, una cita para la que el Real Madrid es clarísimo favorito en las apuestas de fútbol de Betfair, con una probabilidad implícita del 77%. Claro que el Dortmund tiene en su haber otro dato curioso. Los cuatro palos que estrelló el PSG en la vuelta de las semifinales (0-1 para los germanos) es el récord en un partido de Champions. Cuidado con esa lucha de cábalas.

Ilustres arruinados

La lista de guardametas recientes que se han visto afeados con errores groseros por el Real Madrid es amplia. También con purpurina. Entre sus integrantes, quizá algunos de los mejores de la década. Pero ni semejante condición salva a los porteros de la maldición con la que los blancos trituran a sus rivales.

Un proceso que, curioso, comenzó también con el Bayern de Múnich en 2018, cuando en las semifinales, frente a los bávaros, en el partido de vuelta, Sven Ulreich, el que entonces era titular con los germanos falló un balón que dejó pasar entre sus brazos en el área para dejársela franca a Benzema. El francés, que ya había marcado el 1-1, hizo el 2-1. El duelo terminó 2-2 y el Real Madrid pasó gracias a un 4-3 en el global de la eliminatoria.

Precisamente en la final Loris Karius, entonces portero del Liverpool (también alemán…), fue ‘hechizado’ por esta suerte de maldición cuando, en un intento de poner la pelota en juego con la mano, se la dio directamente a Benzema, que sólo tuvo que poner tensa la pierna para que la bola rebotara y se metiera dentro. Fue el 1-0. Luego, ya con 2-1 para el Real Madrid, el arquero también se comió un blocaje sencillo de un remate lejano de Bale. El duelo terminó 3- 1 y la 13ª en la vitrina merengue.

Donnarumma y Becker, en el camino de la 14ª

En el camino a la 14ª, más maldiciones. Más errores de porteros rivales del Real Madrid. Quizá el más llamativo fue el de Donnarumma, arquero aún del PSG y que, en la vuelta de octavos, en una presión en la salida del balón, falló un falle sencillo (algunos vieron falta de Benzema) que acabó con el gol del 1-1 en el que comenzó la remontada final de un Real Madrid que, en ese momento, iba 0-2 en la eliminatoria y 0-1 en el partido. El choque acabó 3-1 para los blancos y su acceso a semifinales.

Después, en la final, Alisson Becker, arquero brasileño del Liverpool (de nuevo el Liverpool), sufriría la maldición merengue, aunque para su fortuna, su fallo en una marabunta de piernas dentro del área del Liverpool, acabó en gol anulado a Benzema por apenas unos milímetros. La acción tardó mucho en revisarse, pero dio por válida la posición ilegal del francés.

Afortunadamente para los blancos, Vinicius después marcaría el gol definitivo, el del 1-0, el de la 14ª. Ése partido quizá demostró, además, de que esta suerte de ‘brujería deportiva’ provoca el efecto contrario en los porteros merengues, a los que blinda de una suerte de imbatibilidad perpetua sin fin aparente. De hecho, esa tarde en París, el arquero merengue, Courtois, hizo nueve paradas, que suponen aún el récord de cualquier portero en una final de la Champions.

Recientemente Lunin, con nueve paradas ante el Leipzig, en la ida de los octavos, igualó la marca del belga (eso sí, fuera de una final) con otra exhibición que sirve a los merengues para demostrar la profecía blanca. Ésa que arruina a los porteros rivales y blinda a los propios.