La ciencia se pronuncia sobre los beneficios de beber agua tibia en ayunas

¿Qué hay de cierto en que un trago de agua tibia en ayunas aporta beneficios extra para la salud?

Una mujer bebe un vaso de agua.

Una mujer bebe un vaso de agua. / EPE

En el terreno de la alimentación son muchas las leyendas que existen y en lo referente al agua no van a ser menos. Lo que está claro es que el agua es el líquido elemento fundamental para la vida humana.

Según revela la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (AESAN), debemos ingrerir un total de 3 litros de líquido cada día, de los cuales el 50% proceden del agua y el resto de alimentos como frutas y verduras que contienen gran cantidad.

La teoría de que el agua caliente en ayunas es beneficiosa para la salud procede de la medicina china, que siempre ha considerado que esta rutina diaria era capaz de equilibrar el yin y el yang. La doctora Blay explica que "beber agua tibia o caliente en ayunas cada día podría tener beneficios digestivos al estimular la eliminación de desechos del organismo y de las toxinas".

Sin embargo, según explica la doctora, su principal función "es la de proporcionar una gran sensación de bienestar, mejorar la circulación al ser vasodilatador, y producir un gran efecto saciante, circunstancia que podría contribuir a la pérdida de peso".

Y es que, las personas que consumen diariamente este vaso de agua tibia en ayunas sostienen que tienen los siguientes beneficios:

  • Ayuda a rehidratar nuestro cuerpo: durante la noche se elimina una cantidad considerable de vapor a través de la respiración. Además, nuestros riñones siguen funcionando, aunque a un ritmo más lento. Estos procesos reducen la cantidad de agua que circula por nuestro cuerpo, por esto es necesario consumir agua en las primeras horas del día.
  • Reduce la cantidad de calorías ingeridas durante el día: un estudio descubrió que las personas que tomaban un vaso de agua antes de desayunar reducían su ingesta proveniente de la primera comida del día en un 13%.
  • Aumenta la pérdida de peso: se basa en el efecto termogénico. Trata de la idea de si tomamos agua fresca se reduce la temperatura en nuestro tracto digestivo, lo que después termina enfriando el cuerpo. Es entonces cuando nuestro cuerpo lucha contra este enfriamiento aumentando el metabolismo.
  • Mejora la función mental: esto se basa en que la deshidratación perjudica al correcto funcionamiento del cerebro. Acostarnos bien hidratados tiene los mismos efectos que levantarnos y beber.