Alfonso Reyes, hospitalizado a causa del coronavirus

Alfonso Reyes también es víctima del coronavirus

Alfonso Reyes también es víctima del coronavirus / EFE

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El ex jugador del Estudiantes y Real Madrid, y actualmente presidente de la Asociación de Baloncestistas Profesionales (ABP) Alfonso Reyes, tuvo que ser hospitalizado debido a que empeoró gravemente en su afectación por el coronavirus. Reyes, a las 23.00 horas del sábado, publicaba un tuit con el siguiente mensaje: "Al final me ingresan. La placa ha salido algo peor que el otro día y han decidido que me quede". 

Alfonso Reyes estaba luchando contra el coronavirus confinado en una habitación de su casa después que empezó a notar los efectos de la infección el pasado 13 de marzo. La fiebre, como en la mayoría de los casos, fue el detonante que hizo saltar las alarmas. Y al final tuvo que ser ingresado, como él mismo reconocía. 

Reyes se encontraba aislado de sus hijos y su mujer, que le dejaba la comida en la puerta para que él la recogiera más tarde y evitar así en la medida de lo posible el posible contagio a sus familiares. Una victima más del coronavirus que no respeta a nadie del mundo del deporte.

En su mensaje de este domingo sobre las 10 de la mañana, comentaba que ya está siendo tratado en el hospital aunque comentaba las dificultades que afrontan los profesionales sanitarios para atender a los enfermos.

El ex pívot se había mostrado activo en las redes sociales, explicando desde el primer día el desarrollo de la enfermedad en su cuerpo y sus síntomas, y las sensaciones, y sus frustraciones e incluso su rabia. Apenas duerme por las noches por la fiebre y la tos, pero le quedan fuerzas para narrar su dolorosa experiencia día a día en su Twitter.

A medida que han ido pasando los días, se ha mostrado crítico con las decisiones políticas que se están tomando a cabo para controlar la epidemia."Quiero que me digan la verdad. La sinceridad ayuda a valorar la situación tal y como es. Así nos podemos preparar para lo que nos viene encima"

Esa incomprensión le ha llevado a adoptar una actitud de rechazo, que unido a los síntomas de su enfermedad, hace que lo pase aún peor. "La mentira es como el virus, no vencerá", escribió. Y a veces, no siempre, se muerde la lengua: "Mucha rabia contenida. Por el virus y lo que le rodea", reconoce