Aleix Vidal

Biografia Personal

Por David Salinas

Aleix Vidal Parreu, nacido en Puigpelat (Tarragona) el 21 de agosto de 1989, ha protagonizado uno de los viajes de ida y vuelta más rocambolescos como jugador del FC Barcelona. Defendió la camiseta azulgrana en categoría infantil con 11 años y ahora, con 26, vuelve a hacerlo como profesional del primer equipo. Entre un momento y otro ha peregrinado por un sinfín de equipos, pero siempre dejando lo mejor de sí mismo y ofreciendo una imagen muy seria y profesional.

Su primer equipo fue el Alevín A del Valls la temporada 2000-01. Allí ya empezó a destacar, pasando el siguiente curso al Infantil B del FC Barcelona que dirigía Xavi Llorens, ahora técnico del equipo Femenino. Aleix era un jugador muy trabajador, muy físico, pero en ese equipo de ‘peques’ barcelonistas destacaba Jordi Alba.

Aleix, como Alba más tarde, no tuvo la continuidad que le hubiera gustado en el FC Barcelona y empezó a dar vueltas y más vueltas hasta convertirse en un trotamundos del fútbol. Quería ser futbolista profesional y estaba dispuesto a jugar donde hiciera falta para demostrarlo y conseguirlo.

Después de la experiencia barcelonista regresó a casa y pasó a las divisiones inferiores del Cambrils y, más tarde, por las del Nàstic de Tarragona la temporada 2003-04. Fue entonces cuando se le presentó la oportunidad de seguir jugando en los equipos base del Real Madrid y allí que se fue. Aleix recaló en el Cadete A del equipo blanco y, en un segundo ejercicio, en el Juvenil C.

Pero en ‘La Fábrica’ tampoco pudo demostrar su valía a los entrenadores y volvió a emprender el camino de regreso a casa, ahora para jugar en el Reus. Despertó entonces el interés del RCD Espanyol, que acabó cediéndolo a la Damm la temporada 2007-08. Aleix seguía firme en su propósito de dedicarse al fútbol, de ahí que no dudara, sin contar todavía con 20 años, en probar la aventura en el exterior, concretamente en el Pantrakikos griego (2008-09).

Y, después, otro regreso a casa, al Pobla de Mafumet. Ya por entonces demostraba ser un jugador total, capaz de evolucionar por banda derecha como lateral o extremo, siempre destacando por una clara vocación ofensiva y un inagotable derroche de energías.

La temporada 2010-11 la empezó en el Mallorca B, con la idea de poder dar el salto al primer equipo, pero en esta ocasión tampoco cuajó. Acto seguido se le presentó la oportunidad de jugar en el filial del Almería y Aleix, empeñado en triunfar, no se cerró la puerta. En poco tiempo demostró que podía tener un lugar en el primer equipo y dio el salto. Tenía el fútbol entre ceja y ceja y las cosas empezaban a salirle mejor.

En Almería explotó. Mostró todas sus virtudes, trabajadas en cada uno de los equipos por los que había pasado y convenció al secretario técnico del Sevilla, Monchi, que después de verlo en acción varios partidos, no dudó en ‘pescarlo’ para llevárselo al Sánchez Pizjuán.

Y en el equipo de Unai Emery, por el que fichó por cuatro temporadas, encontró lo que tanto había buscado: el reconocimiento y el premio. Fichado por 3 millones de euros, Aleix rápidamente se ganó la confianza del técnico y empezó a tomar peso en el equipo, convirtiéndose en titular indiscutible en cualquiera de las demarcaciones: lateral derecho o extremo. Su primer año no pudo terminar mejor: ganó la Europa League, ante el Dnpro (3-2) en la final de Varsovia.

Poco después daría otro paso decisivo en su carrera: debutar con la selección absoluta de España de la mano de Vicente del Bosque, que lo convocó para el amistoso contra Costa Rica del 11 de junio de 2014 y frente a Bielorrusia el 14 del mismo mes, en partido de clasificación para la Eurocopa 2016, aunque en esta ocasión no pudo jugar por molestias físicas.

El sueño de Aleix, sin embargo, no había terminado. Poco después fue requerido por Luis Enrique y el FC Barcelona, previo pago de 18 millones de euros más otros 4 en concepto de variables, hizo posible su regreso al Camp Nou por la puerta grande. Ni el hecho de no poder jugar hasta enero de 2016 por la sanción de la FIFA lo echó atrás. Aleix Vidal, ahora sí, después de vueltas y más vueltas, ha visto recompensado su esfuerzo.