FINAL CHAMPIONS LEAGUE 2015/2016

Los 'valores' del Madrid

El Real Madrid se ha caracterizado en la máxima competición europea por protagonizar los más grandes atracos arbitrales de la historia

Di Stefano vio cómo le señalaban penalti en una falta cometida fuera del área en el 57

Di Stefano vio cómo le señalaban penalti en una falta cometida fuera del área en el 57 / sport

IVAN SAN ANTONIO

"Limpia y blanca que no empaña" debe ser solo la bandera porque la historia del Real Madrid en la máxima competición europea del fútbol está llena de manchas que no borra ni el mejor de los detergentes. Los blancos alardean siempre unos valores que, en ocasiones, brillan por su ausencia, sobre todo cuando un árbitro amigo anda suelto sobre el césped. La victoria en Milan ante el Atlético ya es un episodio más de una historia repleta de ayudas arbitrales a un club que nunca se ha avergonzado por ello. Aquí relatamos algunos de los grandes 'errores' que han permitido al conjunto madrileño acumular once trofeos continentales.

1957. Penalti fuera del área a Di Stefano

La final se jugó el 30 de mayo de 1957 en el Santiago Bernabéu porque el Real Madrid había ganado la primera edición, en 1956. La Fiorentina era el rival logró plantar cara hasta que, en el minuto 70, el árbitro Leopold Sylvain Horn no dudó en señalar como penalti una falta que se había cometido sobre Di Stefano fuera del área. El argentino, además, partía de posición en fuera de juego. Pero nada de eso evitó que marcara de penalti el 1-0. Gento sentenció en el tramo final. El dictador entregó el trofeo ganado gracias a un 'error' arbitral a los blancos

1960. "Se me olvidó poner en marcha el cronómetro"

El Real Madrid perdió 3-2 la ida de cuartos ante el Niza, pero goleó en el Bernabéu 4-0. Lo hizo con polémica, como mandan los estatutos históricos de los blancos. Poco antes del descanso y con 2-0 en el marcador hubo penalti contra el Niza que falla Puskas. El árbitro alargó hasta que llegó el 3-0. La razón: "Se me olvidó poner en marcha el cronómetro". Lo había parado para lanzar el penalti. Ya en la final, los madridistas golearon 7-3 al Eintracht de Frankfurt, pero el árbitro John Mowatt señaló uno de los penaltis más escandalosos de la historia del fútbol mundial por el que Puskas incluso tuvo que disculparse. No existe ni contacto. 

1998. El fuera de juego de Mijatovic

El Real Madrid pasó 32 años, del 66 al 98, sin oler el máximo título continental, así que no hubo opciones de seguir con su particular espectáculo, que volvió a aparecer con fuerza gracias a la final robada a la Juventus con el único gol que se marcó en la final, obra de Pedja Mijatovic, en el minuto 67. "Sigo pensando que no estaba en fuera de juego cuando recibí el balón y la mejor prueba es que ningún jugador de la Juventus protestó nada", asegura el autor del tanto. Solo tiene que acudir a 'youtube' para comprobar que, efectivamente, sí estaba en fuera de juego. La séptima fue un homenaje a los errores arbitrales de quienes le precedieron en el Madrid.

2016. La bula arbitral a Sergio Ramos

Sergio Ramos ya había sido protagonista de un escandaloso penalti por manos ante Keylor Navas en el último minuto de la eliminatoria ante el Manchester City de semifinales con 1-0 en el marcador. El gol del City habría llevado a los ingleses a la final, que acabaron jugando a su manera los blancos. Ante el Atlético se acabó de consumar el hurto. El gol que marca Ramos es en claro fuera de juego, pero es que el central andaluz vuelve a cometer penalti por unas manos dentro del área y el árbitro Mark Clattenburg también le perdona la expulsión. Tampoco Pepe hizo, según el colegiado inglés, lo suficiente como para acabar expulsado. La undécima llegó como lo han hecho tantas, por la puerta de atrás en la que colaboró con una especie de lipotimia extraña desde la línea de gol Oblak en la tanda de penaltis.

Son solo cuatro ejemplos concretos de una historia marcada por las suspicacias que siempre han levantado los movimientos realizados por el conjunto blanco. Desde escoger rival en la primera eliminatoria de la Copa de Europa, hasta lograr que el Rapid de Viena aceptar jugar un partido de desempate en el Santiago Bernabéu. O incluso de convertir a Puskas de húngaro a español en tiempo récord.