Spoilers

Casemiro y Leo Messi durante uno de los clásicos entre el Barça y el Real Madrid durante la temporada 2016/17

Casemiro y Leo Messi durante uno de los clásicos entre el Barça y el Real Madrid durante la temporada 2016/17 / Ignasi Paredes

Risto Mejide

Risto Mejide

No me gusta que vaya a haber hasta tres clásicos en esta pretemporada. Sí, claro que entiendo los intereses comerciales y los derechos televisivos generados desde un país tan estratégico como EE.UU. hacia todo el mundo. Y claro que ambos equipos son los justos finalistas de la Supercopa. Pero sigue sin gustarme, qué le vamos a hacer. Me parece que es como si el gran combate final de una película se emitiera por triplicado antes del final de la película. Como si protagonista y antagonista se viesen obligados a resolver sus diferencias ya en el minuto cero. Vamos, que me están reventando parte del morbo de la temporada. Nada de aperitivos. Nada de primera toma de contacto. Lo que ocurrirá a partir del 29 de julio será como esos tráilers que te explican toda la película. Ya para qué te vas a esperar a ver el final. Alguien debería empezar a pensar en las temporadas futbolísticas como las series americanas de ficción. Con una introducción, un nudo y un gran desenlace, ese ‘cliff-hunger’ que te dejase con muchas ganas de más. Estoy seguro que saldríamos ganando todos.

Hablando de cosas que no me gustan, tampoco me entusiasma lo que está ocurriendo con Verratti. Cuando los medios dan por seguro un fichaje para el Barça, lo primero que pienso es que seguro que no vendrá. Es como cuando un club ratifica a su entrenador: le quedan dos telediarios. Ya me imagino que debe de ser muy complicado para un club tan grande como el Barça mantener conversaciones privadas y que sigan siendo eso, privadas. Hay tantas rendijas por las que pueden escaparse exclusivas, filtrarse movimientos, que al final resulta inevitable meter la pata y hablar más de la cuenta, empezando por las declaraciones que pueda hacer el propio jugador. Pero pensemos en los efectos secundarios. Eso de ponernos el caramelo en los labios a los culés para luego quitárnoslo de golpe, tiene un único e indeseable efecto: otra decepción que nos podríamos haber ahorrado. Esperemos que no.

Por último, no me gusta que un expresidente del Barça lleve en prisión preventiva más de 40 días ya. La Audiencia Nacional tiene sus motivos que habrá que respetar, pero eso no quita que yo opine que no es bueno ni para el socio, ni para el barcelonismo ni para la institución. Sí, Sandro es un buen amigo y deseo y espero que al final se resuelva todo como esperamos los que le queremos. Claro que si se demuestra que es culpable, que cumpla la condena correspondiente. Pero si al final se demuestra que es inocente, qué. Dónde quedará la presunción de inocencia que muchos ni le han otorgado. Y sobre todo, dónde saldrá publicado. Y a qué tamaño. De cualquier modo, creo que con la prisión de un President, insisto, se resuelva como se resuelva, perdemos todos. El juicio, de nuevo, ya se ha dirimido muy lejos de los tribunales, y parece haberle condenado para siempre. Al final, cuando la información corre más rápido que la verdad, el resultado es siempre el mismo: la sensación de que vivimos rodeados de spoilers, de gente que nos quiere adelantar el futuro a toda costa, aunque sea un futuro falso, inventado o simplemente prematuro. Vendernos lo que vendrá se ha convertido en todo un negocio. Aunque no llegue a venir jamás.