Sergi Roberto, el que siempre brilla

Cuando se fue Víctor Valdés parecía que se hundía el mundo azulgrana. Pero llegaron dos porteros que hicieron olvidar al de Hospitalet y que además han ayudado a ganar grandes títulos al Barcelona. Más o menos pasó lo mismo este verano cuando Dani Alves dejó el Barça después de 8 temporadas. De forma sorprendente se decidió no reforzarse en esta posición y se consideró que con Aleix Vidal y con un reconvertido Sergi Roberto se podría solucionar el relevo. Tres meses después, con un Vidal defenestrado y con pie y medio fuera del Camp Nou, la afición culé está tranquila y convencida de que tendrá lateral derecho para años. Y de la casa. Sergi Roberto tampoco debía imaginarse hace algunos meses que su carrera como jugador titular del Barça sería como lateral. Y él seguramente notará que se siente más cómodo en el centro del campo, pero su disciplina táctica, su talento, su forma física y su inteligencia le hacen un jugador espectacular. Y defensivamente seguro que progresará.

Participar en la misma banda que Leo Messi no es nada fácil. Y no por el talento del astro argentino evidentemente. Sino porque tiene libertad absoluta para moverse por el campo y por lo tanto el lateral debe cubrir sus ausencias y defender si cabe un poco más. Cierto que recibe la ayuda de ese interior, sobre todo cuando esa posición la ocupa Rakitic. Pero una vez solventados estos ajustes, Sergi Roberto ofrece todo su talento y aprendizaje de cultura de La Masia para escoger siempre bien. Cuándo subir y cuándo quedarse, cuándo centrar y de qué manera.

Y como en todas las victorias, ésta también tendrá muchos padres. Uno seguro es el de Luis Enrique que fue quien se lo inventó y quien le convenció de que ahí podría ser útil. Pero también tiene mérito el propio jugador. Él también confió en sus posibilidades y ha sido una esponja absoluta a la hora de aprender y mejorar día tras día. Es de las únicas posiciones que no están dobladas de la plantilla pero la afición está tranquila porque sabe que ya no echarán de menos a Dani Alves.

Y a pesar de que a mucha gente le gustaban las excentricidades del brasileño, yo prefiero a un chaval de Reus que no canta por Instagram ni sube guerras de cojines en la habitación de un hotel de concentración horas antes de un partido de Champions.