Opinión

El Real Madrid sí valoró la Liga de Xavi

A Florentino Pérez le entró el pánico imaginando un segundo título blaugrana consecutivo

La maquinaria se puso en marcha para evitarlo mientras en Barcelona se discutía del juego

Xavi, manteado por sus futbolistas tras ganar la Liga

Xavi, manteado por sus futbolistas tras ganar la Liga / VALENTÍ ENRICH

Se rieron de él y le llamaron jardinero. Algunos le siguen llamando así, menospreciando a uno de los mejores futbolistas que han vestido la camiseta de la selección española, cuyos éxitos no se entienden sin él. Siempre le tuvieron manía, como a Piqué o a Guardiola. No se sabe exactamente por qué. Vaticinaron también que el Barça no ficharía, que la travesía por el desierto sería larga y que la ‘xavineta’ se estamparía en la primera curva. Se mofaron de un club económicamente hundido, de una entidad en "bancarrota". La llegada de Xavi al banquillo del Barça obtuvo el menosprecio ignorante del madridismo sociológico, que ahora vuelve a la carga tras anunciar que lo deja. Huelen la sangre y van a por su pieza.

No vieron venir las palancas que sirvieron para superar los primeros baches ni, aunque puede que sean pan para hoy y hambre para mañana, los fichajes de Lewandowski, pero antes el de Aubameyang o Christensen, como más tarde los de Raphinha o Koundé. Y Lewandowski. O Gündogan. No entendían nada. El Barça se reforzaba con futbolistas importantes dando un golpe encima de la mesa (así se valoró entonces). Por eso no fueron capaces de prever el subcampeonato de Xavi tras agarrar al equipo noveno. Acabaron viendo la luz cuando, al año siguiente, el Barça fue campeón de Liga y de Supercopa. Y Robert fue Pichichi. Nada de todo eso estaba escrito en el guion de quienes mueven los hilos del madridismo sociológico y las risas se transformaron en muecas desagradables. Fueron ellos, mucho más que el barcelonismo, los que entendieron lo que estaba pasando: ni jardinero, ni travesía en el desierto, ni diez años sin oler títulos. El Barça estaba volviendo y el título liguero fue la confirmación que faltaba para reaccionar.

Mientras el Real Madrid, con Florentino Pérez al frente, empezó a moverse para cambiar las estructuras arbitrales para convertirlas en otro instrumento a su servicio, en el Barça su entorno se distrajo hablando de fútbol. Mientras los arbitrajes han dejado a los blaugrana sin opciones de ganar la segunda Liga con Xavi, en Barcelona la crítica se centró en la posesión y en el sistema. El Real Madrid no podía permitir que el Barça, resurgido de sus cenizas, empezara a construir un proyecto ganador y puso en marcha su potente maquinaria para evitarlo. Son muy buenos en lo suyo, ahí está el resultado. El Barça vuelve a navegar sin rumbo y ni siquiera tiene entrenador para la próxima temporada. La evidencia de la adulteración de la Liga, como los audios del VAR, es tan clara que incluso aquellos a los que solo les importa el juego empiezan a reaccionar. Es una lástima porque llegan tarde. El mal ya está hecho. El mal gana.