El Barça sigue en deuda con el Dream Team

Johan Cruyff  recibió una de las grandes ovaciones del Camp Nou

Johan Cruyff  recibió una de las grandes ovaciones del Camp Nou / sport

Ernest Folch

Ernest Folch

El equipo eterno con el que empezó todo debía recibir ayer un gran homenaje pero se encontró con la insoportable frialdad d e unas gradas vacías. Se cuidó la puesta en escena y se consiguió la presencia de los héroes que no habían vuelto a estar juntos desde aquel día, hubo momentos emotivos que invitaron a soñar otra vez, pero faltó lo esencial: el calor de la gente.

Un estadio no es nada sin su público, y el Camp Nou lució ayer muy engalanado pero sin alma, como si la puesta en escena fuera una obligación burocrática. Fue un acto demasiado desangelado y quedó la sensación que el Barça sigue en deuda con este equipo eterno: sin duda, el Dream Team merece algo mucho mejor, a la altura del lugar que ocupa en la historia del club. En el Barça nada es fácil, tampoco su relación con el pasado. Actos como el de ayer se idearon para coser heridas, cerrar malentendidos y, sobretodo, fortalecer el vínculo de la entidad con su propio pasado, una de las grandes asignaturas pendientes del club. Cabe recordar que en la historia reciente del Barça ha habido episodios vergonzosos, como el que protagonizó la junta presidida por Sandro Rosell cuando retiró la presidencia de honor de este Cruyff mitológico al que ahora ya nadie parece discutir. Se dio entonces la triste circunstancia que en el momento en el que Johan era reconocido como un mito mundial era humillado en su propio club.

Por suerte la afrenta fue parcialmente reparada por la junta de Bartomeu con un impecable memorial y un reconocimiento institucional a su figura. El partido de ayer por la noche debía seguir esta senda, la de normalizar las relaciones con las leyendas del pasado, pero visto el resultado está claro que queda todavía un largo camino por recorrer. Hubo un instante de gallina de piel cuando el público coreó el nombre de Guardiola, el gran mito que le queda al barcelonismo, pero que hoy vive muy lejos del club y sin ninguna intención de volver. Y es que el gran reto no es celebrar homenajes con éxito sino volver a tener dentro del club el talento que se ha ido.