Barça: un error de difícil justificación

El FC Barcelona es un baúl lleno de sorpresas. Cuando uno cree que ya lo ha visto todo, la entidad se empeña en que se hable de ella por temas ajenos al balón, que es de lo que realmente deberíamos estar hablando y, no nos engañemos, lo que más le interesa al socio y al aficionado azulgrana.

Sin embargo, no podemos pasar por alto la información ofrecida por Sique Rodríguez, que desveló la contratación de Shahe Ohanessiann como asesor comercial para África por parte del club. Este tema no tendría la más mínima importancia ni repercusión si no fuera porque Ohanessiann fue detenido junto a Sandro Rosell por orden de la Audiencia Nacional, acusado de ser su testaferro y el propietario pantalla de la empresa BSM, que supuestamente Rosell había vendido en 2010 al llegar a la presidencia del FC Barcelona.

Cuesta creer que Josep Maria Bartomeu no conociera las relaciones empresariales y personales de Ohanessiann con Rosell. Se hubiera podido ahorrar dos cosas. La primera, que se siga ligando su presidencia a una influencia tóxica de Rosell. Y la segunda, se hubiera evitado que al FC Barcelona, tal vez sin fundamentos, se le vincule al caso que ha llevado a Sandro a la cárcel.