Raja Casablanca-Bayern Múnich (20.30 H.)

El último reto de Pep Guardiola

Tras golear por 3-0 al Guanghzou chino, el equipo muniqués espera completar hoy la labor en Marrakech

SPORT.es

La Bundesliga, la Copa alemana y la Champions. Si el primer semestre de 2013 fue para el Bayern un paseo a la eternidad, el que comenzó a edificarse a mediados de julio con Pep Guardiola en el banquillo no le anda a la zaga. Líder destacado del campeonato germano, con siete puntos de ventaja sobre el Bayer Leverkusen y con el Borussia Dortmund desactivado tras el 0-3 firmado hace unas semanas en el Westfallenstadion, el equipo muniqués camina con paso firme en la Champions y hoy puede sumar su quinto título del año, el Mundial de Clubs, tras haberse anotado también la Supercopa de Europa a finales de agosto.

Con la salvedad de la Supercopa alemana, que se llevó el Borussia Dortmund (4-2) en el que fue el primer partido oficial de Guardiola al frente del Bayern, al equipo bávaro no se le ha resistido nada ni nadie. Y nada hace pensar que el Raja Casablanca, que participa en el Mundialito en calidad de anfitrión, vaya a emborronar el fin de año de los muniqueses, que por poco no podrán equipararse al Barça de 2009 –con Guardiola en su banquillo– como único equipo capaz de ganar todos los títulos en juego en un año natural.

Por más que el Raja apele a su doble condición de local y de víctima ante un Bayern que prácticamente viajó a Marruecos como ganador del Mundial de Clubs sin bajar del avión, el equipo que dirige Guardiola no debe tener excesivas dificultades para confirmar los pronósticos. Será una final menor, sin la habitual confrontación entre el campeón de Europa y de Sudamérica, el llamado partido definitivo, como sucedió en 2010 con el choque entre el Inter de Rafa Benítez y el Mazembe congoleño, que los nerazzurri ganaron por 3-0... en el que a la postre iba a ser el partido del técnico madrileño como entrenador del equipo lombardo.

El morbo que iba a suponer el enfrentamiento entre Guardiola Ronaldinho en el caso de que el Atlético Mineiro hubiera hecho los deberes, el miércoles, contra el campeón marroquí ha quedado en nada. Tampoco cabe esperar que el extécnico blaugrana revolucione el once del Bayern en la misma proporción que lo hizo con el Barça en la final de hace dos años contra el Santos de Neymar. En Abu Dhabi Pep dio una vuelta de tuerca a un estilo de juego que ha sido elevado a la quintaesencia del fútbol y reconocido en todos los rincones del mundo al alinear a un once si delanteros puros. Un 3-7-0 inédito con el que también hizo historia.

El 4-0 que le endosó entonces al campeón de la Copa Libertadores fue un paseo comparado con las dificultades que en 2009 encontró el FC Barcelona ante Estudiantes para derrotar al conjunto argentino por un agónico 2-1, al que se llegó con un gol in extremis de Pedro –primer futbolista del mundo en marcar en las seis competiciones– y el famoso tanto de Messi con “el escudo”, como el mejor jugador del mundo calificó la acción.

Lo que a Guardiola le negó en 1992 el Sao Paulo como jugador, el fútbol se lo ha devuelto con creces desde la óptica de entrenador. Si con el Barça conquistó dos títulos hoy puede añadir otro a su palmarés, esta vez como técnico del Bayern. Cualquier resultado que no sea una victoria del Bayern sería considerado toda una sorpresa. Por potencial y por cómo llega el campeón europeo a la última cita del año. Y por lo visto en su puesta en escena en la competición cuando borró del mapa al Guangzhou de Marcello Lippi, con tres goles y hasta cinco balones estrellados en la madera. Mayor contundencia, imposible.