Encuadrada en el grupo de la muerte

España, al Europeo de waterpolo con los pies en el suelo

Los jugadores y el cuerpo técnico son conscientes de que el Europeo será complicado, pero se amparan en la ilusión y las ganas para no descartar nada 

Àngels Fàbregues

Último entrenamiento antes de afrontar el Europeo. Primera cita importante de una selección española con cambio en el banquillo, con Gabi Hernández al frente, y caras nuevas en la piscina. Así de entrada el reto es sumamente complicado. España ha caído una vez más en el grupo de la muerte con Serbia, mejor equipo actual, la campeona del mundo Hungría y la campeona olímpica Croacia, además de Alemania y Francia... casi nada.

Los jugadores saben que estar en el podio en Budapest es una quimera. Albert Español confiesa que “será muy duro porque tenemos un grupo muy complicado. Somos conscientes de ello, de que son rivales muy fuertes pero también estamos preparados para ello mentalmente”, advierte.

Español forma parte de la columna vertebral de la selección junto a otros cinco jugadores del Barceloneta, un equipo que demostró que se puede ganar una competición sin ser favorito al proclamarse campeona de la Final Six: “Tenemos que ir con el espíritu y el convencimiento de que podemos ganar. En deporte está demostrado que no solo son los nombres  sino el equipo, las ganas y creer en ti mismo”.

El atacante del Atlètic Barceloneta considera que el nuevo seleccionador “es una persona de sangre caliente, ganadora y transmite mucha intensidad. Esto se contagia y vamos al Europeo con esta mentalidad”. El objetivo es claro: “Primero clasificarnos para el Mundial del año que viene. Teniendo en cuenta que el equipo está en una transición, clasificarnos para el Mundial –lo conseguirán si pasan a cuartos– sería un resultado positivo. Hemos de tocar con los pies en el suelo y pensando en un objetivo más lejano como son los Juegos Olímpicos de Río. Para conseguirlo hemos de clasificarnos para el Mundial”. 

Los jugadores tuvieron ayer la tarde libre y hoy parten hacia Budapest donde debutan el lunes frente al equipo anfitrión, una Hungría que llega como campeona del mundo y juega en casa. Que llegue de entrada en principio favorece a los españoles, al ser el debut siempre un partido donde los nervios juegan un papel importante.