El Espanyol desperdicia una oportunidad de oro para acercarse un poco más a Europa

Iago Aapas abrió el marcador con un golazo de falta

Iago Aapas abrió el marcador con un golazo de falta / EFE

Fernando Baquero

Fernando Baquero

El Espanyol perdió una oportunidad de oro para seguir alimentando sus aspiraciones europeas al no pasar del empate en un partido en el que lo tuvo todo a favor desde que el Celta se quedó con diez antes del descanso por la expulsión de Fontás. El equipo espanyolista fue incapaz de crear una sola ocasión en el segundo tiempo para dar el golpe definitivo a un rival diezmado que bastante hizo con mantener el tipo. El equipo de Quique Flores ve alejarse a seis puntos la sexta plaza, que ahora ostenta el Villarreal, su rival del próximo sábado. 

El Espanyol ofreció mejor imagen once contra once que cuando se quedó en superioridad numérica. Su puesta en escena fue muy similar a la que venía presentando en partidos precedentes. Su rigurosidad defensiva y su atrevimiento cuando recuperaba el balón creó muchos problemas a la escuadra de Eduardo Berizzo, que tardó mucho en imponer su control del juego. La lesión de Marc Navarro -una pequeña rotura en los isquiotibiales- rompió la homogeneidad del conjunto blaquiazul, que durante unos minutos perdió la concentración defensiva. No tardó en aprovecharlo el Celta, que cinco minutos después se encontró con una falta inmecesaria de Diego Reyes en la frontal que Iago Aspas convirtió en el primer gol con su especial habilidad para encontrar las escuadras. Ese tanto enloqueció el partido, que en cuatro minutos ofreció tres goles más. Gerad Moreno (27')  iguala el marcador con un cabezazo a la salida de un córner; Wass (30') sorprende a Diego López con un zapatazo desde fuera del área que sorprende a Diego López y en la jugada siguiente, Piatti (31') caza un balón suelto para establecer un empate que acabaría siendo definitivo. Sisto (37') prolongó la locura ofensiva con un remate al poste antes de que Fontás cometiese una imprudencia antes del descanso al cortar con la mano un avance de Hernán Pérez cuando ya arrastraba una tarjeta amarilla.

Con un futbolista más sobre el césped de Balaídos, al Espanyol se le abrió el cielo en el segundo tiempo pero en lugar de dar un paso adelante especuló demasiado con su ventajosa situación. El dominio no derivó en una sola ocasión de gol y el Celta pudo resistir con cierta solvencia el estéril acoso al que se vio sometido. Incluso pudo haber propinado un duro mazazo en un remate escorado de Iago Aspas que encontró muy atento a Diego López. 

El arreón final del Espanyol resultó tan infructuoso como decepcionante.Jurado no cambió nada y la entrada de Reyes llegó tan tarde que la defensa celeste no pasó por ninguna situación de peligro real. El Espanyol salió de Balaídos lamentando no haber  aprovechado una oportunidad de oro para acercarse a Europa un poquito más.