MI VERDAD

La ambición de hundir al rival asegura un partido de goles

Messi y Neymar celebran uno de los goles del Barça al Ajax

Messi y Neymar celebran uno de los goles del Barça al Ajax / sport

Josep Maria Casanovas

PRESTIGIO Y ORGULLO. No es un partido trascendental. Tampoco es un encuentro decisivo. Pero es un match donde está en juego el prestigio y el orgullo. Más allá de los tres puntos en juego, lo que se dirime es quién es el número uno del fútbol español. Y paralelamente también se va a decidir una batalla particular entre Cristiano y Messi. El Madrid alimenta la esperanza de pasar a su gran rival por la piedra. El Barça sueña con volver a salir victorioso del Bernabéu. Lo de menos casi son los tres puntos en juego ya que queda tanto campeonato por delante que no serán determinantes. Luis Enrique sabe perfectamente que es el primer examen serio de la temporada. Ancelotti es consciente de que solo le sirve ganar para reducir diferencias con el líder. Es un partido de poder a poder, donde los ataques serán protagonistas por encima de las defensas. A nadie puede extrañar que suban muchos goles en el marcador ya que cuando persigues la victoria a veces dejas desguarnecida la defensa. Una cosa está clara, los dos equipos llegan a la cita súper mentalizados, con la tensión a tope, con la confianza de rendir al máximo. Messi y compañía saben que tienen que hacer un gran partido para mantener a raya a un rival que llega en un momento dulce de forma. Cristiano y los suyos arden en deseos de eclipsar a Messi y Neymar para imponer su reinado.

UN CABALLERO DEL DEPORTE. Es difícil que después de una larga trayectoria por el mundo del deporte, un directivo no tenga enemigos. Es un caso excepcional. Todo el mundo habla bien de él y allá donde ha estado, Barça, Generalitat, Juegos Olímpicos, UEFA, ha dejado la huella de un trabajo sólido y eficaz. Estamos hablando de Josep Lluís Vilaseca, un auténtico caballero del deporte, una persona que ha servido al deporte con honestidad y rigor. Ayer presentó un libro de memorias y el acto se convirtió en un gran homenaje en el que se dieron cita todos los amigos que valoran y elogian su larga trayectoria. En unos tiempos donde la corrupción, el desprestigio y las denuncias invaden la vida pública, Vilaseca es un ejemplo de lo que debe ser un buen directivo. Discreto, serio, preparado y entusiasta. Su libro de memorias, levanto acta, refleja la forma de hacer de quien ha dedicado al deporte los mejores años de su vida.