La opinión

Piqué paga la factura de no ser un futbolista normal

Gerard Piqué en la concentración de la selección española en Asturias 

Gerard Piqué en la concentración de la selección española en Asturias / sport

Joan Vehils

Un buen profesional. Un buen amigo suyo de vestuario cuenta que Piqué es un trozo de pan pero que algunas veces actúa como un niño. El central del Barça ha tenido la suerte de que todo en la vida le ha salido bien. Nieto de un carismático exdirectivo, de apellido Bernabéu, e hijo de una reconocida doctora y un padre que siempre está a su lado, Piqué tiene un coeficiente intelectual superior a la media. Fuera del fútbol ha estudiado Economía, dirige una empresa de videojuegos y es socio de un restaurante y una empresa de hamburguesas. A todo eso, su pareja tiene diez años más que él aunque eso no es un inconveniente. El problema, que no es problema, es que es Shakira y eso le convierte en el futbolista más mediático de España. Sin embargo, todo eso podría no tener importancia si Piqué no fuera un provocador. Futbolísticamente lo ha ganado todo pero no es un tipo como Messi, Xavi, Iniesta o Puyol. Piqué no es un futbolista normal. Le gusta hablar de política y mostrar, libremente y como no podía ser de otra manera, sus sentimientos catalanistas. Y, encima, le motiva excitar a los merengues. Y, claro, en España hay tantos aficionados del Barça como del Madrid. En fin, todo un cóctel explosivo. De cualquier manera, como dijo Sergio Ramos, a Piqué no le cambiaremos. Por tanto, solo nos queda pedir respeto. Piqué debería moderarse porque es un excelente profesional y así lo ha demostrado siempre.