El truco es Luis Suárez

Luis Enrique ha comprendido que hay cosas que no se tocan. Ante la visita del Getafe se pueden hacer rotaciones en todas las líneas del equipo, pero el tridente es innegociable. Y luego, cuando la delantera se ha quedado a gusto marcando cinco de los seis tantos con los que se despachó al rival, se hacen los cambios que se tengan que hacer, pero ni así se toca al tridente. Algunos lo entenderán y otros, no. Si me permiten, les diré que un servidor es de los que lo entienden. La primera decisión, la alineación titular, responde al mensaje que hay que enviar a los jugadores: “Ni un ápice de relajación”. Esto es la Liga, esto es fútbol profesional, y no se puede hacer ninguna concesión ni frivolidad cuando te juegas el título. La segunda cuestión, la de no cambiar a ninguna de las estrellas atacantes durante el encuentro, entiendo que es darles la importancia que tienen cada uno de ellos. Los tres estaban felices en el campo, los tres tenían ganas de seguir marcando, los tres merecían que les dejaran cumplir sus objetivos personales: Messi, el de alcanzar a Cristiano en el Pichichi; Suárez, el de lograr su primer 'hat trick' como blaugrana y Neymar sentirse tan importante como el que más.

Y es que en el fondo, señores, el tridente es la clave de este año. Esa voracidad goleadora, esa movilidad que trae loca a los defensas, esa presión, ese Messi que aparece por donde menos se lo esperan los rivales para dar el pase del gol... o firmarlo con una de sus genialidades. Con este tridente, Leo todavía es más difícil de vigilar, no lo duden.

Ahora que el Barça está a ocho partidos del triplete, es bueno recordar que Guardiola lo conquistó con un '9' de verdad, con un Eto'o que ha sido el mejor delantero centro de los últimos años por todo lo que hacía, por los goles que marcaba, por la velocidad que tenía, por la presión que ejercía... Seis años después, Lucho también aspira al triplete con el mismo truco, con otro '9' de verdad que también golea, que sin ser tan veloz marea a los defensas contrarios con su movilidad y que trabaja y presiona tanto como el camerunés. Aquí está la clave, en un tridente-tridente que marca las diferencias. Y el truco nuevo para cambiar lo que ya todos los rivales conocían, se llama Suárez.