Esto es lo que hay

Las crisis, según Messi, Piqué y Sergio Ramos

Ramos fue un desastre y España lo pagó caro

Ramos fue un desastre y España lo pagó caro / sport

joan mª Batlle

Tanto en la vida como en el deporte, hay muchas maneras de afrontar los problemas, las crisis y las adversidades. El fútbol nos ha dado recientemente varios ejemplos de ello. La cuarta final argentina perdida por Messi y el fin de ciclo de la selección española de fútbol. Hemos visto a Leo llorar porque le duele el alma por la incomprensión de su propio país, que ahora sí, ahora llora por perderle, cuando antes le ha hecho la vida imposible con unos prejuicios enormemente injustos. Y en La Roja, la autocrítica de Piqué contrasta con la ira de Sergio Ramos buscando culpables en el exterior, atacando a todos aquellos que critican “desde el sofá con una bolsa de papas”, en su expresión textual. Vale, son reacciones que retratan a cada personaje. El dolor de Messi, la responsabilidad de Piqué y el “a mí que me registren” de Ramos. Tres maneras de ver la vida de tres figuras, de tres líderes. Yo entiendo a Messi, valoro a Piqué y discrepo de Ramos, y eso que no puedo sentirme por aludido con lo del sofá y, mucho menos, con la bolsa de papas, que son malas para el colesterol. 

TRES eran tres... Digo que entiendo a Messi porque es una forma de asumir la responsabilidad, aunque sea a través de una autoinmolación que no merece y que espero que no se produzca porque el fútbol le necesita a todos los niveles. La presión sobre Messi no tiene nada que ver con las exigencias a los excampeones de La Roja. A Leo se le ha hecho daño en el plano personal, se le ha atacado a los sentimientos y esto es algo que él ha llevado muchos años en silencio, sin afrontar el conflicto para no crear otro aún mayor. Y en la hora del adiós, silencio también, solo llanto y pena, mucha pena. A Piqué le valoro porque solo aquellos que asumen las responsabilidades están en disposición de resolver los problemas. Pero Ramos... Ramos huye de escena, el problema no va con él, es cosa de los periodistas, de los aficionados, del conductor del autocar de La Roja, de quien sea, pero de ellos no, ¡ni hablar! Pues nada, que el penalti contra Croacia lo falló usted desde el sofá, amigo lector.