Tuvo que entrenarse en solitario

Mano dura con Romaric

El técnico no le dejó entrenarse por la mañana en Sant Adrià. Luego se reunió con el futbolista, que no hizo declaraciones

Juan Carlos Gracia

Segundo capítulo. Mano dura. Mauricio Pochettino, que hoy dará su versión pública del asunto, no quiere que el `caso Romaric¿ vuelva a repetirse en la plantilla. Quieren cortar por lo sano. Y ayer, por segundo día consecutivo, le impidió al futbolista que trabajase con el resto del plantel. El jugador, tras una larga reunión en el despacho del director deportivo, tuvo que entrenarse en solitario por la tarde. Hoy está convocado a la misma hora que sus compañeros en Sant Adrià, pero ya sabe que tendrá que realizar también un trabajo específico al margen del grupo. Las opciones de que Romaric esté en la convocatoria de Valencia son, por tanto, escasas.

El futbolista de Costa de Marfil, recordemos, acudió tarde al entrenamiento del pasado miércoles. No era la primera vez que eso ocurría aunque nunca había tenido un retraso tan importante, de casi una hora. Pochettino ya no lo pasó por alto. Ya no era suficiente una multa o, como ocurrió otra vez, que pagase la totalidad de la cuenta de una comida a todos los compañeros. Esta vez había que tomar otras medidas y la primera fue enviarle a casa sin entrenarse. Eso era el miércoles...

Romaric acudió ayer puntual a la cita de trabajo, pero cuando accedió al vestuario de Sant Adrià se le comunicó que no iba a entrenarse con el resto de la plantilla. Tenía que esperar a que finalizase la sesión preparatoria para reunirse con Pochettino. Durante más de una hora y media, el técnico y Ramón Planes ¿la conversación se produjo en el vestuario del director deportivo y en los minutos finales accedió uno de los capitanes, Pandiani¿ le transmitieron que no estaban dispuestos a pasar una infracción más, que todas las buenas sensaciones que el futbolista había transmitido en sus primeras semanas debían tener continuidad si su deseo es seguir en la disciplina espanyolista. En otras palabras, se le dio un aviso. Un aviso en toda regla. Su futuro en el Espanyol está en juego.

El asunto, claro, no se va a saldar simplemente con una sanción económica ni con una multa. La habrá, claro, pero además el futbolista deberá pagar otro precio. Más duro para él. Romaric, que es un tipo encantador y dispuesto siempre a echar una mano según sus compañeros, no hizo declaraciones y tuvo que acudir por la tarde de nuevo a las instalaciones de Sant Adrià para trabajar en solitario. Cuando llegó le esperaba el preparador físico, Jesús Pérez. El trabajo fue seguido con especial atención por Pochettino, que en algunos momentos estuvo dialogando con el consejero Fernando Molinos. Era el inicio del particular calvario que le espera al centrocampista. Romaric sabe que hoy está convocado en Sant Adrià como el resto de la plantilla, pero mientras el grueso de los jugadores harán un entrenamiento específico, él hará otro trabajo, al margen. Técnicamente no se puede decir que esté separado del equipo, pero casi...

La incógnita ahora es comprobar si Romaric estará incluido en la lista de convocados para el partido de Valencia. La lógica dice que no, pues habrá estado ausente de tres entrenamientos y, además, es el castigo que más le duele al futbolista. Sus opciones son, por tanto, escasas. Con estas medidas, Pochettino espera recuperar al mejor Romaric.