Suma otra victoria ante el Almería

El Espanyol vive un momento dulce

El Espanyol logró una goleada convincente ante el Almería. Stuani, con dos dianas, y Caicedo, en racha, mantienen las ilusiones en Cornellà-El Prat

Germán Bona

El partido de la confirmación se ha jugado esta noche en Cornellà-El Prat. El Espanyol necesitaba también una goleada prácticamente sin inmutarse para convencerse que es muy superior a los equipos que luchan por eludir el descenso, que está ya a 10 puntos. Cuatro de cuatro en la serie de partidos seguidos en casa y otro recital del ‘tridente’, con ‘doblete’ de Stuani, asistido en ambos goles por Sergio García, y guinda al pastel de Caicedo. Ya pueden mirar más arriba que abajo y solo se les debe pedir que esta racha se prolongue a domicilio. Para empezar, el jueves.

Sergio González realizó hasta ocho variaciones respecto al partido de Copa ante el Sevilla. Solo se mantuvo en el once un futbolista por línea, es decir, el central Álvaro, el centrocampista Cañas y arriba, Sergio García.  No ha sido una salida en tromba la del Espanyol, es cierto, fue madurando a un Almería muy defensivo que trató de imponer un ritmo bajo, pero a la que los blanquiazules se enchufaron y pisaron el área contraria, fueron imparables.

Los primeros avisos de lo que después llegaría llegaron al filo del primer cuarto de hora. Primero, con un gran cabezazo de Stuani al travesaño, e instantes después, otro remate de cabeza, este de Álvaro, que sacó un defensa rival bajo palos. Parecía que el partido se volvía a enfriar, cuando emergió la figura, gigante, de un Sergio García que clama a gritos su regreso a la ‘roja’. El capitán luchó un balón imposible hasta sacerse un centro medido a Stuani, que se alzó sobre Fran Vélez con poderío. Minuto 36 y se abría la lata. Un gol de fe, de confianza de un equipo que, ya lanzado, noqueó al Almería con el 2-0 solo tres minutos después. Y de nuevo con los mismos protagonistas. El pase raso de Sergio no lo pudo tocar Lucas Vázquez, pero sí un Stuani con mucha hambre de gol.

Solo a ráfagas, pero qué ráfagas, el Espanyol tenía encarrilado el choque. Y casi marcó el tercero Sergio García antes del descanso, con un chut al lateral de la red. La grada ovacionó a su capitán.

La segunda mitad fue muy plácida para un Espanyol que lejos de sufrir, incrementó la cuenta goleadora, como no, con un Caicedo que prolonga su idilio con Cornellà, donde sigue marcando todos sus goles. El ecuatoriano salió de refresco y volvió a ser un revulsivo de lujo cuando el partido se apagaba. Recibió de Víctor Sánchez, puso la locomotora y nadie pudo frenar su carrera.

Esta vez no hubo sufrimiento, en contra de lo que es habitual en Cornellà-El Prat, ni épica, hubo un equipo en un estado de forma y de confianza brutal y que le bastó con la inmensa pegada de su ‘tridente’ para golear a un Almería que las pasará canutas para mantener la categoría. Pero la endeblez del rival no debe tapar los méritos de Sergio González y sus guerreros. Ya les tocaba un partido tranquilo, de superioridad en el que ni siquiera hiciera falta jugar al cien por cien los 90 minutos. Este Espanyol crece a pasos agigantados y no hay quien le toda últimamente en Cornellà-El Prat. Cuatro de cuatro, un balance fantástico que debe ahora tener continuidad en los desplazamientos. El primero de ellos, ni más ni menos que para jugarse el pase a semis de la Copa en Sevilla, partido que flotó en el ambiente y que se recordó desde La Curva, quien por cierto prepara un viaje en autocar. Son días felices para el Espanyol, pero esto no para. El jueves, más.