LA PAÑOLADA

Un club enfermo

El Barça se instala en la más absoluta provisionalidad

El Barça se instala en la más absoluta provisionalidad / sport

Ernest Folch

Que el Barça que dejó Sandro Rosell tras su fuga era un club enfermo lo indicaban síntomas evidentes que solo intentaban maquillar los sospechosos habituales. Todo lo que había hecho fuerte al club, desde Guardiola hasta Unicef pasando por La Masía, estaba ya demolido o en vías de demolición. El colapso del enfermo era simplemente cuestión de tiempo, y en los últimos días ha entrado definitivamente en la UCI, con las constantes vitales amenazadas. Hay heridas abiertas en todos los niveles del club, sin excepción.

Se cesa al director general sin que sepamos por qué. Se gestiona un acuerdo con Hacienda que le costará al club 22 escandalosos millones de euros por culpa de la gestión calamitosa del vicepresidente Faus en el caso Neymar, y nadie dimite ni da explicaciones. Se destituye a un Zubizarreta que se nos vendía como imprescindible sin que se tenga sustituto y sin que se explique el motivo. Puyol se va a los 10 minutos con el homenaje pendiente. El entrenador navega sin rumbo a ninguna parte y se enfrenta con Messi, en otro conflicto público sin precedentes. Todo amenizado con un juego deprimente después de 130 millones en fichajes, sin poder fichar hasta 2016 y decorado con el patrocinador del estado islámico en la camiseta.

Arriba, un presidente que no ha votado nadie anuncia elecciones pero lo hace forzado por la presión: no convoca sino que le convocan. Y todo sin pasar por junta y con directivos que se enteran en directo. Este fabuloso caos no impide que el presidente diga que el Barça va muy bien y achaca al entorno “una tensión desproporcionada”. Una vez más no hay autocrítica y se esconde que el club está hoy fuera de control y en la más absoluta provisionalidad, con un presidente virtual, un entrenador sin futuro y un director deportivo decapitado la tarde de Reyes. La realidad ya no la puede encubrir ni la burda propaganda oficial: el Barça es hoy un club gravemente enfermo. Ya no basta con anunciar el quirófano. Hay que operar. Ya.