La muerte de un ciclista discapacitado abre la polémica

La ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos ha quedado deslucida por la muerte del Bahman Goolbarnezhad, un ciclista iraní de 48 años que en la prueba de ruta de la categoría C4-5 perdió el control en un vertiginoso descenso, chocó contra una valla y salió proyectado fuera de la carretera. Tras prestarle los primeros auxilios sufrió un paro cardíaco poco después de ser trasladado al hospital. El accidente ha puesto en duda la seguridad de estos ciclistas disminuídos físicamente en circuitos demasiado complejos, al tiempo que ha abierto un debate sobre si deben de participar en deportes considerados de riesgo. 

La fatal caída se produjo en la primera parte del recorrido, en el denominado descenso de Grumari, que había sido concebido especialmente para las pruebas profesionales sin considerarse las limitaciones de los deportistas con deficiencias. Dias atrás, quienes habían entrenado en el circuito habían calificado el descenso como "muy exigente" puesto que se alcanzaban velocidades de 65 Km/h.

El director deportivo de la UCI, Pier Jones, explicó que "este no era el descenso más rápido de un trazado que se hizo pensando en la competición, pero respetando las categorías de los los deportistas paralímpicos".   

José Griñan, presidente de la Comisión de Ciclismo Adaptado de la Federación Española explicó a este periódico que "los recorridos son evaluados por la Unión Ciclista Internacional. El de Brasil había sido aprobado desde hacía dos años de acuerdo con los parámetros que marca el reglamento". En el mismo se determina claramente el desnivel máximo que puede alcanzar un tramo en ascensión "pero no hay especificaciones sobre como deben de ser los descensos". Para Griñan, las protecciones en los puntos clave del recorrido "quedan en manos de los organizadores". 

Durante las pruebas de ciclismo profesional se produjeron importantes incidentes que condicionaron las medallas olímpicas. El más notable fue la caída del italiano Vincenzo Nibali y el colombiano Sergio Luis Henao cuando iban escapados en el último descenso. La holandesa Anna Van Vleuten, en la categoría femenina, puso el corazón en un puño a los aficionados al caer en el mismo tramo sobre un pequeño muro de hormigón que determinaba el final de la calzada. Sorprendió que no se hubieran dispuesto protecciones de ninguna clase.  

Bernat Moreno, preparador del ciclista Juanjo Méndez, doble excampeón del mundo en C1, del club Génesis, reconocía que "en las pruebas de pista se pueden controlar todos los factores, pero en la carretera, la lluvia y la humedad del asfalto puede llegar a complicar muchísimo la competición". El conocido preparador aseguraba que "este tipo de deportistas además, se entregan tanto que en ocasiones superan el límite de sus posibilidades".

Goolbarnezhad corría en la categoría de discapacitados con deficiencias físicas y mentales. El Comité Paralímpico Irani ha pedido un informe técnico sobre las causas del accidente al tiempo que se ha abierto una investigación.