Siempre bajo sospecha

El Astana se queda sin excusas

El polémico doctor Michele Ferrari, implicado en el dopaje de Amstrong, visitó hace un año la sede de un equipo que espera la resolución del TAS tras sus últimos positivos

El Astana de Vinokourov se reunió hace un año con el sancionado doctor Ferrari

El Astana de Vinokourov se reunió hace un año con el sancionado doctor Ferrari / sport

Sport.es

Las excusas se agotan para el Astana, 'castigado' sin licencia para la próxima temporada por los últimos cuatro casos de dopaje detectados en el equipo que lidera Nibali en carrera, pero que dirige el polémico Alexandre Vinokourov en los despachos. 

El Tribunal Superior de Arbitraje (TAS) debe dictar sentencia esta semana tras el recurso impuesto por la estructura kazaja, pero las últimas informaciones publicadas por La Gazzetta dello Sport no parece que vayan a ayudar a un equipo siempre bajo sospecha. Según el rotativo italiano, el doctor Michele Ferrari, conocido por estar implicado en el caso de dopaje de Lance Amstrong, visitó hace ahora un año al Astana en Montecatini Terme mientras el equipo se concentraba para iniciar la pretemporada.

Los corredores reunidos en dicha localidad pasaron todo tipo de pruebas y hasta participaron en una habitual carrera de karts para fomentar el grupo. La 'sorpresa' llegó cuando el galeno se presentó en el hotel durante la cena de equipo. Ferrari aprovechó la visita para hablar con varios corredores y con el propio Vinokourov y, aunque evitó ser visto por la prensa, no pudo evitar que algunos huéspedes del hotel le fotografiaran. Una reunión de la que resulta imposible no sospechar. 

Los precedentes tanto del doctor Ferrari, apartado del ciclismo por su participación sistemática en casos de dopaje, como de Vinokourov, sancionado por un positivo en 2007, y del Astana, con constantes casos en su haber, hacen suponer que la sanción se mantendrá castigando duramente a un equipo que parece afrontar tiempos difíciles. Si no hay licencia, no hay contratos en vigor y los ciclistas podrían abandonar la disciplina de un Astana herido de muerte.