Entrevista

Coti "Simeone representa todo lo bueno del deporte"

Cantante y compositor. 43 años. Roberto Fidel Ernesto Sorokin Espasa nació en Rosario (Argentina). Ha publicado 9 discos. Sus canciones forman parte de nuestro legado musical.

Coti, en una imagen de archivo

Coti, en una imagen de archivo / sport

Toni Frieros

Su apellido es Sorokin.

Mi bisabuelo era ruso. Mi abuelo ya nació en Argentina. Y soy vasco francés por parte de madre, que se apellida Espasa.

¡Una buena mezcla!

¡Y también tengo genes italianos!

¿Coti?

Viene de mi hermana mayor. De chiquita siempre me llamaba ‘Coti’. 

A usted, antes que una pelota de fútbol, le dieron una guitarra.

¡No, las dos cosas! También jugaba mucho a fútbol, en la calle.

En Rosario, como Leo Messi.

Nací allí, pero yo crecí en la región de Entrerríos, en la ciudad de Concordia. Una ciudad de 100.000 habitantes.

Le tiró más la música.

Empecé a coquetear con algunos instrumentos que había en casa.  Siempre hubo un piano, una guitarra.

Lleva la música en los genes.

Mi madre tocaba el piano y gracias a ella descubrí a compositores clásicos como Ravel, Chopin…

¿Cuándo tomó conciencia de que la música era parte de su vida?

Fue un proceso largo, pero cuando terminé el Bachillerato elegí estudiar música en la Universidad de Rosario. 

¿Su vida cambió cuando se fue a Buenos Aires?

Sí. Empecé a introducirme en sectores más profesionales. Había hecho un disco con un grupo,  ‘Luz Mala’. Fue mi carta de presentación.

¿Qué marcó el destino de Coti en esa época?

El lanzamiento de mi primer disco como solista en 2002. Recuerdo sus temas. ‘Antes que ver el sol’ y ‘Nada fue un error’.

¡Menudos bombazos!

‘Antes que ver el sol’ fue mi primer sencillo y se convirtió en un himno para mucha gente, como luego ‘Nada fue un error’.

Y encontró su lugar.

Así fue. Y además con la magia de hacerlo en Argentina y en mi país adoptivo, España.

¿Cómo se inspira, cómo crea?

Soy muy exigente conmigo mismo. Es el primer filtro y el más cruel también. No saco nada de lo que yo no esté convencido. Llevo un cuaderno en el que anoto todo lo que pienso y siento. Esas hojas y cuadernos son mis nutrientes cuando empiezo con el oficio de sentarme a escribir canciones. 

Defina su música.

Creo que hago canción popular, pero no me gusta ponerle género ya que canción es un término muy amplio.

Andrés Calamaro dijo de usted que es el Bob Dylan latino.

Se lo agradecí, es un piropo enorme.

Se le ve en forma.

Me gusta caminar mucho, ir en bicicleta, correr, ir en patinete. Juego a fútbol…

¿Es su pasión?

Sí, como buen argentino, el fútbol lo es. Jugando me lesioné un menisco y me afectó en una gira. Leo Messi me ayudó.

¡No me diga!

No pude operarme porque tenía muchos conciertos. Iba con rodillera. En un concierto en el Palau Sant Jordi de Barcelona me caí. Al día siguiente estaba invitado por Messi a un Catalunya-Argentina y no pude ir.

¿Y qué hizo Leo?

Me envió una camiseta de la selección argentina firmada por los jugadores y el teléfono de su traumatólogo. 

¿Qué le inspira Messi?

Orgullo absoluto. Viajar por el mundo y ver la imagen de Leo con la camiseta argentina emociona. Es como Borges, Piazzolla, Gardel, Maradona, el Che... Es universal.

¿De qué equipo es?

Del Atlético. En los primeros meses de estar viviendo yo en Madrid ya pedía que ficharan a Simeone.

Acertó.

Es de River, como yo. Me gusta su carácter, su fe en el trabajo en equipo, a base de motivación. Lo que ha hecho con el Atlético es asombroso. 

Trabajo en equipo…

Detesto el individualismo en el deporte, el egoísmo, el ‘exitismo’, el que no tolera perder. Simeone es un ejemplo para los chicos, porque representa todo lo bueno del deporte.