Yerry Mina, un gigante sin miedo a las alturas

Luis Suárez recuerda bien un encuentro jugado en 2016 en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez de Barranquilla en el mes de octubre. Ese día tuvo una sombra incomódísima. Un central de altura, salvaje, con el que mantuvo un duelo crudo a base de trash talking. Ese central era Yerry Mina, autor de un gol, y compañero de baile de Suárez en la cancha.

"Fue un duelo difícil. Todo el mundo sabe la calidad que tiene ese señor. Nos tocó pelear, luchar y decir cosas feas, pero esto forma parte del fútbol. Era él o yo", recordaba Mina hace unos meses a este diario. "Más que un ‘ya nos veremos’ fueron otras cosas. Estábamos allí peleando y luchando cada uno por nuestra selección". 

Mina es de esos tipos que disfruta de este tipo de duelos. Le gusta competir. Se siente cómodo cuando lo ponen a prueba. Incluso cuando las cosas se ponen feas. Hay en su fútbol un sentido de riesgo muy pronunciado.

Le gusta irse arriba, a pesar de ser central. Disfruta atancado en el área como en su día Lucio, aquel altísimo central brasileño que se rebelaba contra el corsé táctico que persigue a los centrales. 

Sus referentes

"Admiro a los jugadores por cómo juegan y por la actitud. Está Piqué, Yaya Touré y también Sergio Ramos y Thiago Silva. De cada uno aprendo algo", recuerda. Mina proviene de una familia de guardametas. Su padre tenía nueve hermanos y seis de ellos se conocían al dedillo los rincones de la portería. 

También Mina, de 1'95, empezó la carrera en el arco. Pero pronto pasó a jugadr de mediocentro hasta despuntar como central. El colombiano tiene unos pies tan grandes, tan anchos, que Adidas tuvo que hacerle una versión especial de sus botas. La firma alemana llegó a prepararle un modelo sin cordones mientras se recuperaba de una lesión en el quinto metatarsiano.

En Mina conviven un competidor feroz y un tipo bromista. Solo hay que verle celebrando sus goles. Ahí se aplica en un baile llamado salsa choque  que, seguro, sorprenderá a la afición del Barça.

El nuevo central del Barça tiene la actitud de la música urbana. Viste pantalones anchos y caídos, y ese flow desafiante que caracteriza al hip hop. Su perfil parece estar a las antípodas de la discreción habitual de muchos componentes de la plantilla del Barça y en este sentido recuerda a Dani Alves. 

En el césped le gusta ser protagonista con el balón. Casa con el estilo del Barça, le gusta madurar las jugadas desde atrás. "No me gustan los equipos que rechazan el balón. Siempre me gustó salir tocando, ya jugué de volante de primera línea. Si hay posibilidad de jugar, mucho mejor, y si puedo llegar controlando hasta el arco rival lo hago". 

Ahora, tras ser escogido como el mejor defensa del campeonato paulista, Mina está convencido que está listo para superar el gran reto del Barça.