Robert Gonçalves jugará en un equipo de la Cuarta División de Brasil

Robert Gonçalves, en el Miniestadi

Robert Gonçalves, en el Miniestadi / sport

Joaquim Piera

De llegar al Barça B con la posibilidad de ser contratado, a ser cedido por el Fluminense al Boavista, un club que en 2016 disputó la Serie D del Brasileirao. Esta es la involución que ha protagonizado en un año Robert Gonçalves, un delantero que apuntaba a crack y que, con solo 20 años, ve como su carrera va cuesta abajo.

Internacional sub-15 y sub-17 con la Seleçao, Robert llegó a disputar 11 encuentros en el primer equipo del Fluminense, donde lo blindaron con una cláusula de rescisión de 55 millones de euros.

Apuntaba muy alto.Sin embargo, su falta de profesionalidad, su indisciplina dentro y fuera del campo –siendo jugador del Flu sufrió un accidente de tránsito con persecución policial incluida- y su sobrepeso están acabando con su carrera.

Su paso por el Barça B ya ha entrado en la galería de los horrores del club. Aterrizó en el mercado invernal de 2016, cedido por el Flu, y dejó el club blaugrana, en mayo, sin haber debutado en la Segunda División B

En principio, cuestiones burocráticas pospusieron su estreno. Después, trascendió su lamentable estado de forma, que él mismo reconoció, y su peso impropio de un futbolista.

La única vez que Gerard López decidió alinearlo fue en la final de la Copa Catalunya contra el Sabadell, cuando disputó los últimos 30 minutos. Salió del Barça por la puerta de atrás.

De vuelta a Brasil, su club de origen, el Fluminense, no quiso saber nada de él. Fue cedido al Paysandú, de la Serie B. Su rendimiento fue el mismo que en Barcelona: un fiasco absoluto. Disputó solo cuatro encuentros en los que no marcó ni un gol.

De esta manera, cerró el 2016 sin ver puerta y el Flu ahora ha optado por una nueva cesión. La tercera consecutiva. Su destino es el Boavista, dirigido por el carismático Joel Santana, donde disputará, en principio, el Campeonato Carioca.

En abril, cuando termine la competición, el Tricolor Carioca tendrá que decidir qué hacer con un futbolista con contrato hasta 2019, pero que no entra en los planes del club.