"Nos estamos alejando de la idea que nos hizo grandes"

Primero fue Sergio Busquets y después Andrés Iniesta quienes pusieron en jaque la estrategia utilizada por Luis Enrique en el partido ante el PSG en París. Los dos capitanes ofrecieron nada más acabar el partido un mensaje diáfano del sentimiento de preocupación y resignación que está invadiendo el vestuario blaugrana en las últimas semanas. Ambos lamentaron errores en la planificación del partido que acabaron costando muy caro al equipo. Evidentemente estas declaraciones no cayeron en saco roto y calaron en el cuerpo técnico, consciente que la situación podría acabar enquistándose si no se pone remedio.

Pero Sergio Busquets e Iniesta fueron solo la punta del iceberg de una serie de reflexiones que se hicieron en corrillo entre los pesos pesados del equipo durante el viaje de vuelta a Barcelona. Unos comentarios que reflejaban abiertamente el estado de ánimo de un grupo que empieza a tener dudas y que necesita urgentemente un cambio de rumbo.

"Nos estamos alejando de la idea que nos hizo grandes", fue una de las reflexiones que se oyeron en el vestuario. Evidentemente esta idea está aún somatizada en muchos jugadores, que han visto cómo se ha ido desvirtuando temporada a temporada hasta llegar a París, donde se cosumó el desastre general. "Nosotros nos ordenamos con el balón, sin el balón todo es más complicado", resumió otro jugador, consciente que la dependencia del tridente de ataque ha diluido el peso específico entre los centrocampistas. 

En cualquier caso no hay que olvidar que el triplete se ganó con la presencia del tridente pero con un mediocampo formado por Busquets, Iniesta y Rakitic, que aportaban equilibrio y fluidez al juego, además de la ayuda inestimable de Xavi Hernández , como eje vertebrador en el juego del equipo. 

Sin embargo, y pese a la depresión general entre los expedicionarios, nadie quiso hacer sangre ni entre los técnicos ni señalar a ningún jugador en concreto sobre el desastre vivido en el Parque de los Príncipes. De hecho, ni tan siquiera quisieron poner como excusa la falta de intensidad, "eso es de equipo mediocre", aunque sí que apuntó alguno que "en la Champions hay que ser muy intensos y puede que nos faltara un poco de alma en algunos momentos".

Alma u orgullo suficiente para al menos marcar un gol que diera un poco de vida a una eliminatoria que a día de hoy parece claramente decantada para el equipo de Unai Emery.

El problema es que las soluciones se atisban difíciles a corto plazo porque la plantilla está cortada por un patrón muy marcado y que difícilmente se puede transversalizar. En todo caso, veremos cuál es el rumbo que toma el equipo en las próximas semanas, pero sería engañar a la gente decir que hay optimismo, ya no desbordado evidentemente sino tampoco comedido. Solo el juego y los resultados marcarán el destino de muchos.