El Martín Carpena separa al Valencia de la gloria

Guillem Vives intenta defender a Kyle Fogg

Guillem Vives intenta defender a Kyle Fogg / EFE

Aniol Estebanell

Aniol Estebanell

Se sudó muchísimo en la Fonteta de Sant Lluís para que el <strong>Valencia</strong> diese el primer golpe en la eliminatoria (68-62). De hecho, si no hubiese sido por la caldera que se encargó de calentar el público y la magia de Dubljevic, autor de 14 puntos, incluídos 2 triples cuando la pelota quemaba, Unicaja hubiese tenido serias posibilidades de asaltar el feudo valenciano. 

Ahora, las gradas cambiarán el naranja por el aceitunado verde de la esperanza. El Martín Carpena es el último escollo para que el Valencia Basket se convierta, por cuarta vez, en campeón de la segunda competición europea. Con más de once mil personas siguendo al equipo andaluz, los jugadores dirigidos por Joan Plaza esperan poder forzar un tercer partido que, según el técnico catalán, "se merecen". 

La garra del capitán Carlos Suárez, la calidad de Nemanja Nedovic y el poderío de Jeff Brooks, que se ha destapado como uno de los jugadores más destacados del equipo en este tramo final, deberán parar la motivación para hacer historia del conjunto de Pedro Martínez. 

Para ello, deberán multiplicarse tras la grave lesión que ha apartado a su segundo máximo anotador, Dejan Musli, del equipo. Quien sí que estará presente será Kyle Fogg, principal arma malagueña en ataque con 12 puntos por encuentro y que tuvo un papel bastante amargo el martes.

De momento, en el banquillo visitante, la modestia se ha apoderado del escenario. Pedro Martínez ya se encargó de traspasar todo el favoritismo a su rival opinando que lo más normal es que su equipo pierda. Sin embargo, los números opinan lo contrario. Ambas salidas a Málaga, tanto en Eurocup como en Liga Endesa se han saldado con sendas victorias del Valencia. La última, en competición europea, por 70-78 con 15 puntos de Will Thomas. 

Mañana, los famosos "Dubi-Dubi" de la afición "taroja", hacia su héroe montenegrino, quedarán eclipsados por el rugir de una afición empecinada en conseguir el billete que les permita disputar la Euroliga el año que viene. Málaga intentará revivir el espíritu Božidar Maljković, entrenador que dio, en 2001, el último y único título europeo a los andaluces.